El proceso de lecto-escritura es un proceso simultáneo donde los niños para aprender a escribir primero deben descodificar las letras y saber los sonidos que tienen y también los sonidos que forman cuando se juntan con otras letras formando sílabas y posteriormente palabras. Pero, independientemente del proceso de lecto-escritura, hay niños que se interesan antes por la escritura que por la lectura.
Esto quiere decir que algunos niños son capaces de aprender a leer mientras aprenden a escribir y no a la inversa como suele ser lo ‘normal’. Cabe destacar que los niños tienen un ritmo de aprendizaje propio que debe respetarse para que puedan en el futuro, tener una buena relación tanto con la escritura como con la lectura.
Si a un niño se le fuerza para que escriba o para que lea antes de que esté realmente preparado, solo se conseguirá que sienta cierta aversión a la lecto-escritura. Aunque después de trabajar con los niños para que lean y escriban antes de que estén preparados, se pueden conseguir buenos resultados… El sentimiento hacia este proceso puede ser negativo y que a la larga aparezcan problemas de aprendizaje, puesto que la lecto-escritura es la base para cualquier otro aprendizaje en la enseñanza tradicional.
Hay niños que de forma innata se interesan por las letras antes que el leerlas, es importante motivar a los niños a seguir experimentando con las letras, como si fuese un juego… De esa manera podrán tener una buena relación con la lecto-escritura. Hay niños que aprenden a leer gracias a su deseo de expresarse a través de la palabra escrita. Los niños que empiezan a escribir su nombre, después querrán escribir palabras como ‘papá’ o ‘mamá’ de forma innata, algo que se debe potenciar a través del buen vínculo y el trabajo conjunto. Respeta el ritmo de tu hijo para leer y escribir, y encontrará en esta habilidad una gran experiencia.