Los antibióticos son medicamentos muy utilizados en las infecciones bacterianas, en las bacterianas. No sirven contra los virus. Es importante que tengamos claras esas diferencias, y entenderemos porqué los especialistas no siempre los receten, aunque como madres pueda parecernos lo más adecuado. Nunca debemos medicar nosotras mismas a nuestros hijos, a no ser que seamos profesionales, el perjuicio puede ser grave.
Los antibióticos también tienen efectos secundarios, como muchos otros medicamentos, y es conveniente que los conozcamos y demos la voz de alarma al pediatra en el caso de que se produzcan.
Abuso de antibióticos en los niños
Seguro que has oído decir que el abuso de los antibióticos genera efectos sobre la propia flora intestinal del niño. Hace que se rompa el equilibrio interno de estas bacterias tan beneficiosas y cuya particularidad es que es singular para cada persona. Para evitar esto, y si tu hijo o hija debe tomar muchos antibióticos consulta con el pediatra el uso de probióticos naturales.
Es frecuente que el niño acabe teniendo resistencia al antibiótico que usa más a menudo. Esto implica que ante una nueva infección, como fracasa el antibiótico común, el médico se vea obligado a recetarle uno más potente, con mayores efectos adversos.
Es fundamental que des a tus hijos la cantidad, y el tiempo, específico que el pediatra te haya recomendado. Desde la Asociación Andaluza de Pediatría de Atención Primaria, recomienda, como mucho utilizarlos, dos o tres veces al año, porque su mal uso genera resistencias bacterianas. Los niños tienen un pronóstico de vida más amplio que los adultos y los antibióticos son más peligrosos para ellos.
Efectos secundarios de los antibióticos en los niños
El malestar estomacal es uno de los efectos secundarios comunes que se produce con el abuso de los antibióticos. Puede que el niño, o la niña, pierda el apetito, tenga náuseas, vómitos, diarrea. De ahí que se recomiende, es el caso de la amoxicilina y la doxiciclina, suministrarlos a la vez que la comida, pero este consejo no sirve para todos los antibióticos. Pregunta al médico por el uso de probióticos en estos casos. Si la diarrea es severa, con dolor abdominal, calambres, fiebre, náuseas y la presencia de moco o sangre en las heces, entonces consulta con el médico.
La fiebre también es común cuando el niño está tomando antibióticos. A veces la achacamos al propio proceso bacteriano, pero no siempre es así. Puede darse por una reacción alérgica. La fiebre suele aparecer con el uso de minociclina, sulfonamidas, betalactámicos y cefalexina, si resulta muy alta, o viene acompañada de erupción cutánea o dificultad para respirar, hay que llamar al médico.
Cuando el niño, o bebé tome antibióticos, es posible que se vuelva más sensible a la luz, en los casos más graves se pueden dar quemaduras solares. La tetraciclina, es uno de los antibióticos que suele provocar fotosensibilidad, ésta suele desaparecer cuando el niño termina el tratamiento.
Dermatitis del pañal por abusar de los antibióticos
Hacemos un apartado para tratar la dermatitis de pañal, ya que es el efecto secundario más común en los bebés. Esta dermatitis hará que la piel del bebé se enrojezca, escame y duela. Es posible que las molestias y sequedad permanezcan incluso después de acabar el tratamiento.
Lo mejor es cambiar al niño más a menudo, utilizar pañales de algodón, o incluso si el tiempo lo permite no ponerle pañal. Limpiar suavemente el área agua y jabón neutro, no utilices jabones perfumados y seca la zona con una toalla muy suave. Hay cremas con óxido de zinc que aliviar los síntomas. Hay bebés que pueden tener la dermatitis no sólo en la zona del pañal, sino en las articulaciones e incluso la boca.
Cuando el pediatra te recete antibióticos para el niño, te recomendamos que le comentes si ha tenido efectos secundarios, o el tiempo que hace de su anterior tratamiento, para que lo tenga en cuenta. Si quieres ampliar esta información, te recomendamos este artículo.