‘Son muy populares entre población infantil y juvenil; es fácil conseguirlos en lugares y eventos relacionados con el verano (playas, fiestas populares, etc.), nos aseguran que son temporales, y llegamos a creer que son inócuos…’ esto que parece una adivinanza, me sirve para alertaros sobre el riesgo de dermatitis alérgica por aplicación de tatuajes con henna negra. El dibujo que se obtiene al usar este tinte, tiene un acabado negro brillante, muy atractivo, y más duradero que la ‘henna natural’. Según advierten desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, la henna negra se consigue mediante la mezcla de henna natural con colorantes, entre los cuales se encuentra la PPD, ¡prohibida para uso directo sobre piel!, porque puede ocasionar reacciones alérgicas (algunas de las cuales son graves) que van desde picor hasta cicatrices, pasando por manchas. Enrojecimiento, ampollas, decoloración permanente de la piel, son otras de las posibles consecuencias; y en el algunos casos se requiere atención médica urgente (incluso hospitalización). Creo que escuchamos la palabra ‘henna’ y ya la relacionamos con un producto natural y seguro, que llega avalado por tradiciones africanas y asiáticas. Proviene de un arbusto, y su color suele ser verde oscuro o marrón, su permanencia se limita a unos tres o cuatro días. El problema (repito) es la henna negra, que ya no es tan natural, en la que la concentración de PPD, a veces supone hasta el 15 por ciento del volumen total. Para contextualizar: la henna natural procede de Lawsonia inermis y tiñe de un tono rojizo/marrón. Su capacidad de sensibilización es muy baja cuando no se adultera. Lo que aumenta la duración e intensidad del color son aditivos como parafenilendiamina (PPD), aceites esenciales, cáscara de nuez, limón o incluso colorantes sintéticos. De todos ellos, la PPD es la que concentra los riesgos más importantes. La PPD se utiliza en múltiples productos: tintes capilares, colorantes textiles, algunas gomas negras, plásticos, sombras de ojos o tintas de impresión. Su poder sensibilizante es elevado y, además, presenta reacciones cruzadas con colorantes del grupo azo (por ejemplo, disperse orange 3 y disperse yellow 3), con derivados del PABA en algunos fotoprotectores y con anestésicos locales como benzocaína y procaína, así como con determinadas sulfonamidas. Esto significa que, si un niño se sensibiliza con un tatuaje de henna negra, podrá reaccionar en el futuro ante estas sustancias presentes en productos cotidianos. Una vez adquirida, la sensibilización a la PPD no desaparece. En la práctica, hay niños y adolescentes que tras un tatuaje con henna negra han terminado con dermatitis al aplicar tintes de pelo o usar ropa con colorantes azo; incluso se han descrito reacciones intensas que han precisado atención hospitalaria.

Tatuadores que no obran con profesionalidad
Sabiendo que la henna negra puede ocasionar tales reacciones, no me cabe ninguna duda de que las personas que la aplican sobre la piel no saben en absoluto con qué productos tratan. Además de ello, incurren en una ilegalidad al usar un compuesto que contiene PPD. Existe un vacío legislativo, que dificulta el control, puesto que esta práctica no se somete a la legislación sobre tatuajes permanentes. En el ámbito cosmético, la normativa europea permite la PPD en tintes capilares hasta concentraciones bajas y nunca para aplicación directa sobre piel, cejas o pestañas. En los tintes de pelo, otros componentes como el peróxido de hidrógeno aceleran su oxidación y limitan parcialmente su capacidad sensibilizante; en los tatuajes temporales esa neutralización no existe, y la PPD permanece días sobre la piel lampiña, favoreciendo la sensibilización.
En Estados Unidos, la Food and Drug Administration, prohibe la aplicación directa del ingrediente mencionado, por los riesgos de salud conocidos y demostrados
Síntomas, plazos y posibles secuelas
Las reacciones adversas por henna negra suelen aparecer entre 1 y 3 semanas tras el tatuaje, especialmente en niños sin contactos previos con PPD. En pieles ya sensibilizadas (por textiles o tintes capilares), los síntomas pueden surgir en horas o pocos días. Se observan prurito, eritema y descamación siguiendo fielmente el dibujo; en casos más intensos aparecen lesiones exudativas, ampollas y costras. Tras el brote agudo es común que queden hipopigmentaciones o cambios de color transitorios que tardan meses en revertir; algunas personas desarrollan cicatrices.
Consumidores que deben informarse
Creeme, un buen tatuador sabe resolver dudas, y no tiene reparos en dar información escrita sobre el servicio y los productos que proporciona. Tienes derecho a exigir una prueba de alergia. ¿Sabes que las reacciones adversas pueden tardar en aparecer varios días o semanas después?, otras son visibles en menos tiempo. Rescatamos las siguientes recomendaciones de una nota publicada en la AEMPS:
- Tener precaución ante las ofertas para la realización de tatuajes temporales con Henna (dibujos sobre la piel, sin inyección intradérmica) que proliferan en verano en playas, mercadillos y otros eventos al aire libre.
- Evitar los tatuajes temporales de color negro y aquellos en los que se ofrece una permanencia prolongada.
- Si nos hemos aplicado (o hemos permitido que lo hicieran los niños) sobre piel algún tatuaje temporal a base de Henna negra y presentamos alguno de los síntomas descritos, es necesario acudir a un servicio médico.
Además, conviene ampliar precauciones: pedir siempre composición por escrito de la pasta, desconfiar de ofertas “de secado en 10 minutos” y evitar cualquier tatuaje cuyo color sea negro intenso y brillante (la henna natural no es negra). Si hay antecedentes de alergias de contacto, atopia o sensibilidad a tintes, mejor no realizar ningún tatuaje temporal.

Por si algún lector aún piensa que estoy siendo exagerada, os cuento que en los Anales de Pediatría de la AEP, hay descrito el caso de un niño de 9 años con una reacción severa que tardó en remitir ¡nada menos que un mes! tratándola con corticoesteroides tópicos
Calcomanías y otros tatuajes temporales: lo que debes saber
Las calcomanías adhesivas son otro recurso muy popular. Un estudio académico comparó piel con tatuajes permanentes y temporales adhesivos y observó que, con calcomanías, había menos hidratación del estrato córneo, peor capacidad antioxidante y mayor pérdida transepidérmica de agua, indicadores de alteración de la barrera cutánea. En su composición se detectaron sustancias potencialmente nocivas como aminas aromáticas, metales pesados y adhesivos irritantes, capaces de desencadenar dermatitis en piel infantil. Para retirarlas, lo más adecuado es usar aceite para bebé o crema hidratante fría y dejar actuar; evita productos agresivos como quitaesmaltes o desmaquilladores fuertes, especialmente en niños pequeños.
Cómo se diagnostica la alergia: pruebas y lectura
Una vez resuelto el brote agudo, el alergólogo o dermatólogo puede proponer pruebas epicutáneas (patch test). Se aplican parches con alérgenos estandarizados en la espalda durante 48 horas, con lecturas a las 48 y 96 horas. En casos por henna negra es habitual una positividad intensa a PPD; también pueden aparecer positivos a derivados para-aminados (p-aminobenceno, p-aminofenol) y a colorantes azo como disperse orange 1/3 o disperse yellow 3. Estos hallazgos ayudan a orientar evitaciones futuras y a anticipar posibles reacciones cruzadas.
Si ya existe sensibilización a PPD: precauciones a largo plazo
Cuando un niño se ha sensibilizado, hay que extremar medidas:
- Evitar tintes capilares con PPD y comunicar la alergia en peluquerías. Existen opciones sin PPD, pero deben comprobarse las etiquetas por posibles compuestos relacionados.
- Vigilar el contacto con textiles de colores intensos mal teñidos (naranja, amarillo y mezclas). Mejor lavar la ropa nueva y evitar prendas teñidas artesanalmente compradas en mercadillos.
- Elegir fotoprotectores sin PABA y preferir filtros físicos/minerales en pieles sensibles. Informar al pediatra y al dentista para evitar anestésicos del grupo éster (benzocaína, procaína).
- Atender a gomas negras industriales y a ciertos guantes o accesorios. Si hay dudas, limitar el contacto directo y observar la piel.
Ante un brote, el tratamiento suele incluir corticoides tópicos de potencia adecuada y cuidados de barrera (emolientes), siempre bajo criterio médico. Proteger del sol las zonas afectadas reduce el riesgo de hiperpigmentación o hipopigmentación postinflamatoria. Ya lo sabes, este verano, nada de tatuajes con henna negra para los niños; podéis prescindir de ellos, eso seguro. Utilicemos ese que parece ser el ‘menos común de los sentidos’ y tengamos unas vacaciones tranquilas sin sustos que nos lleven a Urgencias por una imprudencia. Y si tus hijos son más grandes, cuéntales lo que pasa con la henna negra, porque a partir de una edad, deben habituarse a valorar el balance entre beneficios y riesgos. La henna natural no es el problema; lo peligroso es su adulteración con PPD, capaz de dejar una alergia permanente y complicaciones que se activarán con tintes, textiles o medicamentos cotidianos. Mejor prevenir que curar. Imagen – Bitchin’ Amy.
