Todos los padres con niños escolarizados se han encontrado en este punto: se encuentran con un maestro que no les agrada, que consideran que hace mal su trabajo e incluso, que no sabe tratar las necesidades de sus hijos. Esto puede ser realmente frustrante, teniendo en cuenta que los niños pasan muchas horas del día a su lado. Además, que el comportamiento y actitud de un maestro influye directamente en el estado emocional de los niños.
La mayoría de los maestros en la actualidad lo hacen por vocación y saben enseñar, son personas que se dedican a su profesión con gran amor por la enseñanza. Pero claro, como en todas las profesiones siempre habrán mejores y peores profesionales. Si consideras que el maestro de tu hijo no es adecuado para su puesto de trabajo, es posible que tengas grandes preocupaciones sobre lo que tu hijo aprenderá y las experiencias que vivirá dentro del aula.
Si sientes que la situación es demasiado tensa, deberás mejorarla cuanto antes. Lo primero que tienes que hacer es hablar bien de la escuela y del maestro en particular delante de tus hijos, puesto que sino, condicionarás sin darte cuenta, un mal comportamiento de tu hijo cuando esté en clase. Después, sigue estos pasos
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Quizá te hayas preocupado de que el maestro no es bueno porque tu hijo a vuelto de clase diciéndote cosas horribles de su día o porque ha escuchado malas opiniones de otros padres. Recuerda que no ves de primera mano lo que ocurre en el aula y tienes un punto de vista muy limitado de lo que sucede realmente.
Si lo primero que te sale es ir a la escuela e intentar cambiar a tu hijo de aula, no lo hagas. Intenta comprender lo que sucede realmente antes de hacer cualquier cosa. Quizá lo que te cuenta tu hijo solo sea una parte (distorsionada) de la realidad. Es posible que tu hijo haya entendido mal al maestro o que repita un rumor que circula por la escuela. También es probable que a sus amigos no les guste este profesor y digan cosas que no son ciertas.
Haz preguntas abiertas a tu hijo como por ejemplo: ‘¿Qué ha pasado nuevo hoy en la escuela?’Evita las preguntas con respuestas de ‘sí’ o de ‘no’ ya que no te darán detalles ni te describirán las circunstancias. No intentes adivinar lo que sucedió porque esto puede confundir a los niños.
Es necesario tener cuidado para no decir nada negativo del maestro. Los niños son sensibles a las actitudes de sus padres sobre los maestros y la educación. Incluso si no estás de acuerdo con las metodologías educativas del maestro, tienes que enseñar a tu hijo a ser respetuoso con la escuela y con los adultos.
Identifica el problema
¿Realmente es un mal maestro? Ser maestro no es sencillo y ellos, son personas como tú que pueden tener un mal día o cometer un error. Hay excelentes maestros por todo el mundo, y aunque también los hay que no deberían dedicarse a la enseñanza, no todos son así y hay que identificar bien si realmente se trata de este problema o no. Una persona que se dedica a la enseñanza pero que no debería ser maestro puede cumplir cualquiera de estos cuatro perfiles:
- Maestro aburrido. Maestro que habla durante un tiempo, luego reparte hojas de faena y no hay nada más que añadir a la clase. Las tareas prácticas, los proyectos, las conversaciones grupales… todo esto es necesario para un buen aprendizaje.
- Un maestro sin control. Son maestros que no tienen control sobre la clase. La clase está descontrolada a pesar de que el adulto está dentro de ella. Los estudiantes insultan al maestro, tiran cosas por la clase e incluso se molestan unos a otros sin que haya consecuencias de ningún tipo. Los padres escucharán diferentes historias de sus hijos sobre este maestro. A algunos estudiantes les puede gustar este profesor, pero no pueden informarle sobre lo que se supone que deben aprender en la escuela. Otros estudiantes pueden quejarse de que el aula es ruidosa, caótica y que sienten estrés y agobio.
- Un maestro poco cooperador. Este maestro hará el mínimo requerido o no cooperará en absoluto. Pueden gritar a los niños, hacer anotaciones cuando se les hacen preguntas y, en general, parece que no le gusta la enseñanza por su mala actitud constante.
- Un maestro que no enseña bien. Este tipo de maestro no enseña material a ninguna profundidad. Tu. hijo puede quejarse de estar aburrido en clase o que todo es demasiado fácil. Notarás que el trabajo escolar de tu hijo es mucho más fácil de lo que era en el pasado y requiere poca reflexión. Este maestro no podrá explicar cómo sus lecciones están enseñando el material requerido de los estándares escolares o las expectativas de aprendizaje requeridas.
Algunos maestros que se sienten estresados o que tienen un mal día pueden estar en alguna de estas categorías, pero siempre de forma breve y temporal. Un maestro que no debería dedicarse a la docencia estará dentro de estas categorías todo el tiempo.
Si tienes preocupaciones sobre cómo es el maestro de tu hijo, puedes ir a hablar con el maestro de forma asertiva y constructiva para poder tener una conversación de comunicación abierta. Pero si los problemas son severos y persistentes, entonces tendrás que pensar otro tipo de estrategias.
Usa la diplomacia
Si tu hijo está asignado a esa clase por este año, debes hacer lo mejor para él. Tendrás que esforzarte para tener una relación positiva con el maestro y con la escuela, piensa que tu hijo estará allí durante todo el año. Las acciones
Los maestros continúan aprendiendo y cambiando a lo largo de sus carreras. Los maestros en sus primeros tres años todavía se están estableciendo en la profesión. Incluso pueden mejorar recibiendo comentarios constructivos.
Es más probable que los maestros veteranos que ya han enseñado durante años tengan dificultades y se nieguen a cambiar. Sin embargo, las escuelas en todo el país han estado cambiando su proceso de evaluación anual para ayudar a los maestros veteranos a notar sus debilidades y hacer mejoras.
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