Cuando una madre tiene a su recién nacido lo primero que hace da manera instintivo además de abrazarle y besarle, será olerle. El olor a bebés es el olor más agradable que se pueda oler. Una madre y un padre adora tener a su pequeño en brazos para mimarles, darle besos y quererle por encima de todas las cosas. Pero, ¿por qué huelen tan bien los bebés?
El bebé huele bien sin necesidad de usar lociones ni colonias. Hay mamás que comparan ese estupendo olor con vainilla o galletas… cuando una madre huele a su bebé siente un amor incondicional por su recién nacido. Las madres saben identificar a su bebé solo por el olor que desprende. Que los bebés huelan bien no es casualidad.
Este olor persiste durante seis semanas después del nacimiento y es causado por los sobrantes del líquido amniótico así como por el vérnix caseosa (sustancia blanca que recubre la piel del bebé al nacer). El bebé huele bien para que la madre lo acepte y por eso siempre se sentirá como un olor agradable. Además los bebés no sudan cuando son recién nacidos y por lo tanto no olerán mal.
El olor al bebé es como una droga natural para las madres porque cuando lo hueles te sientes embelesado por el olor del bebé. Activa las endorfinas del cerebro de la madre. Las endorfinas son opiáceos naturales… son las hormonas de la felicidad. Por eso una madre se hace adicta al olor del bebé porque las endorfinas actúan en el organismo como una droga natural. En el cerebro de las madres se activan las mismas regiones que cuando un adicto consume droga o cuando una persona come cuando está hambrienta.
Esto ocurre porque la función es establecer una relación química entre el bebé y la madre para que proteja a la cría y le dé alimento.
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