“Que lance la primera piedra quien esté libre de pecado” … Posiblemente nadie podría lanzar esa piedra porque todos en algún momento de nuestras vidas hemos alzado la voz a los niños. No está bien, pero todos en algún momento hemos entrado en colapso emocional por cansancio o por otros problemas y un comportamiento que en otras circunstancias no nos hubiera molestado, en otros momentos nos hace gritar a los niños.
Lo que importa es tomar conciencia si esto te ha ocurrido alguna vez para que no se vuelva una norma en la educación de tus hijos. Para ello es importante que te des cuenta de que hay otras formas mejores y más acertadas para educar a tus hijos. Con los secretos que te comentaremos a continuación, los gritos podrán quedar como parte del pasado.
Antes de nada merece la pena recordar que los gritos NO educan, solo se quedan con forma de herida emocional en el corazón de tus hijos. Una herida difícil de sanar y que solo hará que se alejen de ti emocionalmente. ¿Quieres dejar de gritar? Ten en cuenta lo siguiente:
- Ponte en el lugar de tu hijo, no te creas un ser superior.
- Sé su mejor ejemplo: tu hijo es tu espejo. Si no te gusta cómo se comporta, fíjate en cómo te comportas tú primero.
- Para poder enseñar las emociones a tus hijos y que las comprendas, primero deberás ser consciente de tus emociones y reconocerlas, así como entenderlas.
- No te permitas estallar, cuando notes que tus nervios comienzan a crecer en tu interior: detente, respira y reflexiona.
- Acompaña en las emociones más intensas de tus hijos… te sorprenderás lo que esto puede conseguir cuando estás a su lado en estos momentos tan intensos para ellos.
- Ten un diálogo interno y externo positivo, ¡el poder de las palabras es increíble!
- Habla y escucha a tus hijos siempre desde tu corazón.
Una vez que sabes todo esto, si a pesar de tener esto en cuenta llega un día que tienes un colapso emocional y les gritas, entonces, sé responsable de tus acciones y pide perdón.