Onicofagia: qué es y cómo afecta a los niños

La onicofagia, comerse o morderse las uñas es un síndrome psicológico que se relación con el trastorno obsesivo-compulsivo. Pero calma, no todos los niños que se muerden las uñas son obsesivos compulsivos, hay diferentes grados. Para que se de la onicofagia el hábito tiene que ser grave, continuo, y en la mayoría de los casos está asociado a otros trastornos.

Morderse las uñas provocar problemas estéticos, que a la vez, puede llegar a provocar problemas sociales, el niño o la niña siente vergüenza y no quiere tener contacto con otras personas. También puede ocasionar problemas de salud. En este artículo te resolvemos las duda sobre lo que es la onicofagia y cómo afecta a los niños.

¿Qué es la onicofagia?

Morderse las uñas, onicofagia, en sí no tiene por qué pasar de ser un hábito negativo, y molesto. Para que se considere que un niño, o una persona en general, porque este hábito no conoce edad, padece onicofagia, es necesario que las consecuencias de morderse las uñas sean severas.

Los niños y niñas, porque este trastorno no entiende de género, que sí tienen onicofagia sienten una gran ansiedad. Esta ansiedad sólo se calma mordiéndose las uñas. Los niños no tienen la capacidad de controlarse, aunque sepan que sus actos les están perjudicando.

Los niños que se muerden las uñas tienen a la vez emociones negativas como vergüenza o culpa por el hecho de morderse las uñas. Y esta vergüenza se relaciona con el aspecto físico de sus dedos, que suelen estar muy deteriorados. Cuando además se les regaña continuamente por este hábito se provoca la culpa, y llegan a ocultar el estado de sus uñas y sus dedos. En los casos extremos no muestran sus manos, y quieran evitar el contacto social. La manera de ayudarle es más evitando o comprendiendo por qué lo hace que ejerciendo castigos o «atarle las manos». 

Se estima que el 30% de los niños de entre 4 y 10 años suele morderse las uñas. Sobre el 15% de la población mayor de 18 años mantiene esta fea costumbre, aunque solo lo hagan de manera puntual.

Posibles causas para morderse las uñas

Algunos expertos dicen que morderse las uñas puede ser un efecto de un mal aprendizaje durante el desarrollo. Otros aseguran que este hábito es la evolución directa de otros, es decir niños que empiezan chupándose el dedo pulgar, que en la mayoría de los casos se muerden las uñas de pequeños y luego no abandonan este hábito.

Es evidente que determinadas familias, por ejemplo hermanos mayores que se muerden las uñas, los más pequeños siguen también estas pautas. Por lo que se deduce que ciertas pautas compulsivas de un miembro contribuye a la repetición de estos hábitos. La imitación sigue siendo la manera de aprendizaje directa.

Por otro lado, la salud emocional es fundamental para que aparezca la onicofagia. Este trastorno es más habitual en niños con niveles altos de emociones negativas, como ansiedad, preocupación, estrés o aburrimiento. Los niños encuentran calma en morderse las uñas para sobrellevar una situación que les genera angustia, nerviosismo, miedo.

Consecuencias de la onicofagia


Para que morderse las uñas se considere parte de un trastorno psicológico, este hábito tiene que provocar un malestar significativo, a la vez que provocar un deterioro importante en algunas áreas de su vida. Para empezar morderse las uñas tiene efectos físicos evidentes, al morder las uñas se lesionan las cutículas y la deformación en el crecimiento de las uñas, se van debilitando, formando capas. Además es más propensos a infecciones bacteriana, al haber heridas abiertas, Aparte, puede haber dolor constante en los dedos. Incluso puede haber problemas bucales, con daño de los dientes.

En los casos más graves la onicofagia es un síntoma más de otras patologías mentales relacionadas, por ejemplo, con el control de peso, como la bulimia.

A medida que el niño crece y va a prendiendo a gestionar sus emociones y actos compulsivos la onicofagia va desapareciendo, pero en otros casos, en la adolescencia se va sustituyendo por otras acciones relajantes, algunas de ellas más nocivas como el tabaco o el alcohol.


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