Padres separados: compartir las reglas ayuda a los niños

Padres separados

Cuando una pareja se separa de manera consensuada y sin secuelas agresivas, las reglas son examinadas y compartidas teniendo en el centro los intereses de los hijos y sus necesidades, siempre por encima de todo. Veamos por qué esto es de suma importancia.

Desafortunadamente, en muchas parejas que se separan, el clima que se establece entre los ex cónyuges está lleno de sentimientos a veces violentamente agresivos y vengativos. En estos casos, las necesidades de los niños se llevan como armas a la batalla y el daño que se les puede hacer puede ser considerable.

Un mecanismo dañino

Cuando el matrimonio entra en crisis, algunos padres son incapaces de romper su malestar en el ámbito personal y de pareja, sin diferenciarlo del ámbito parental, explica la Dra. Lucia Portella, psicoterapeuta de pareja y familia.

Cuando la pareja retrocede a comportamientos pueriles y poco responsables durante la crisis, cada uno apunta a lograr metas funcionales para sí mismo, como la de atraer hacia sí el amor de los niños (como hace el esposo de nuestra lectora Aurora) y el bien -el ser de estos últimos quedará subordinado a las necesidades de los adultos, quienes de esta forma no resultarán verdaderamente merecedores de tal condición. Incluso las normas vigentes antes de la separación, pues, corren la misma suerte, ya no son funcionales a los hijos sino a las necesidades infantiles de los padres.

Comportamientos a seguir

¿Cómo gestionar la separación? Lo ideal, por el bien de los hijos, sería que los padres, aunque se hayan separado, dicten reglas compartidas para no causar confusión en los niños y jóvenes que ya han tenido que aceptar la separación. Pero es normal que en la casa de uno de los padres prevalezcan normas que no se respeten en la del otro. De hecho es lo más habitual, que cada uno marque las reglas que crea oportunas. Y este es un gran fallo.

Para dictar las reglas «generales» deben ser dictadas únicamente por el padre adoptivo (en la mayoría de los casos la madre, incluso en el caso de la custodia compartida) porque los niños viven su vida cotidiana con ella. Esto es lo que deben hacer las personas que tienen hijos con ellos.

  • Evitar controlar lo que hacen cuando están con el otro padre.
  • Aceptar que en la casa de la otra persona puedan aplicarse otras reglas, muchas veces más permisivas (como poder comer sentado en el sofá frente al televisor), sin sentirse amenazado por la propia autoridad (“No está bien”…).
  • Acostumbrar a los niños a la alternativa les ayudará, sin embargo, a tomar sus propias decisiones como adultos con mayor serenidad.
  • Recuerda siempre que estás separado de tu ex cónyuge, nunca de los hijos.
  • Acordar una línea de conducta común que no se opongan entre sí.

Principios a seguir

  • Coherencia: un padre sigue siendo autoritario si es coherente y sabe cómo dar respuestas adecuadas. Pierde autoridad cuando promete pero no cumple, cuando responde superficialmente a las peticiones de sus hijos.
  • Claridad: Una separación se produce como consecuencia del mal funcionamiento de la esfera de pareja y los hijos no tienen nada que ver. A menudo, sin embargo, los problemas de pareja invaden la esfera de los hijos, la de los familiares e incluso la de los amigos, si no también la profesional.
  • No a la guerra: El malestar matrimonial debe ser manejado y controlado porque de lo contrario involucra y pone en crisis a los hijos. Si una pareja entra en una batalla virulenta, puede abrumar y hacer sufrir a sus hijos y todas sus fases de desarrollo se verán fatigadas por el peso de la agresión y el resentimiento.
  • Pide ayuda: Si reconoces que tienes grandes dificultades para gestionar la crisis de pareja, necesitas ayuda contactando con un centro de orientación familiar o con un psicoterapeuta especializado. Quién ayudará a encontrar reglas compartidas.
  • Cómo gestionar la separación: Una separación en presencia de los hijos debe gestionarse desde la fase de crisis, cuando la pareja comienza a plantearse la hipótesis de una división.

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