El pescado es un alimento fundamental para el correcto desarrollo y crecimiento del bebé. Es un alimento repleto de proteínas, grasas saludables Omega 3, vitaminas y por supuesto, diferentes tipos de minerales. Todo esto, hace que el pescado sea de uno de los alimentos imprescindibles en la dieta de tu hijo. No obstante, todos los tipos de pescado no son adecuados para los bebés más pequeños.
Es importante introducir los alimentos de forma gradual, para que de esta forma, puedas advertir en todo momento si dicho alimento produce algún tipo de intolerancia o alergia al pequeño. En el caso del pescado, se introduce en la dieta del bebé pasada la primera fase de la alimentación complementaria, es decir, hacia los 10 meses en el caso del pescado blanco. En cuanto al pescado azul, deberás esperar hasta pasados los 18 meses de edad de tu bebé para incluirlos en la dieta del pequeño.
Cómo introducir el pescado en la dieta del bebé
Antes de incluir el pescado en la dieta de tu hijo, tendrás que comenzar con otros alimentos más digestivos como las frutas y las verduras. Una vez pasada esta primera fase, podrás incluir pescado blanco como la merluza, el gallo, la pescadilla o el lenguado, algo que suele ocurrir hacia los 10 meses. Aunque estas son las recomendaciones generales, existen excepciones y por ello es importante que sigas las recomendaciones de tu pediatra, antes de comenzar con ningún alimento ni experimentar por tu cuenta.
No obstante, en Madres Hoy podrás encontrar importantes consejos para ayudarte en este proceso tan importante de la vida de tu bebé. En los enlaces que te dejamos podrás encontrar información sobre la alimentación del bebé en las diferentes etapas de la alimentación complementaria.
- Los primeros pasos de la introducción a los alimentos a los 6 meses
- La segunda fase de la alimentación complementaria a los 9 meses
- Los cambios en la alimentación al cumplir el primer año
Papilla de pescado para bebés
La forma de cocinar el pescado para las primeras papillas de tu bebé, es la misma en todos los casos. Tanto si vas a usar merluza, como pescadilla, rape o el pescado blanco que prefieras, tendrás que hervirlo en agua y sin añadir nada de sal. Lava muy bien el pescado antes de cocinarlo y una vez hervido, espera que esté templado para poder desmenuzarlo con los dedos. Es muy importante que elimines cualquier espina que pueda tener el alimento.
No utilices el caldo de cocer el alimento, ya que en él se concentran sustancias que en grandes cantidades no son beneficiosas para el inmaduro sistema digestivo del bebé. El pescado blanco puede mezclarse con diferentes verduras y con caldos naturales como el de verduras, e incluso, con leche materna o de fórmula.
Estas son dos ideas de base de papilla de pescado para bebés a partir de 10 meses.
Papilla de verduras dulces y pescado
- Un trozo de calabacín
- 1/2 patata
- una cucharada de guisantes tiernos
- 80 gr de pescado blanco (merluza, lenguado, etc)
Una vez hervido y desmenuzado el pescado, reservamos mientras preparamos las verduras. Lavamos muy bien y troceamos el calabacín y la patata, hervimos en poca cantidad de agua hasta que estén tiernos, unos 15 minutos. Cuando falten 5 minutos para terminar la cocción, añadimos los guisantes. Tapamos la cazuela y dejamos reposar unos minutos para que el caldo resultante reduzca.
Con la batidora trituramos bien todos los ingredientes, añadiendo el pescado al final y asegurándonos de que quede todo bien pasado (durante los primeros meses). Para terminar, añadimos una pizca de aceite de oliva virgen en crudo.
Papilla de merluza y boniato
- Medio boniato o batata
- 1 zanahoria
- 1 puerro
- 80 gr de pescado blanco
Lavamos y troceamos bien las verduras, ponemos a hervir con poca cantidad de agua y sin añadir sal ni otras especias. Si el caldo no reduce por completo, podemos retirar el sobrante con una cucharilla. Añadimos el pescado ya hervido y libre de espinas y piel. Trituramos muy bien todo hasta obtener la consistencia deseada, según la edad del bebé.
En cualquiera de los casos, puedes añadir caldo de verduras casero o un poco de leche materna (o de fórmula) para ayudarte a conseguir la textura que prefieras en la papilla de pescado.