Cuando amamantamos a nuestro hijo en muchas ocasiones sentimos dolor, molestias, aparecen grietas del pezón o notamos que nuestro bebé no come lo suficiente, tenemos poca leche… Muchas veces todos estos problemas aparecen porque nuestra postura no es la correcta.
Pero ¿Cuál es la mejor posición?¿Existe la posición perfecta? Posiciones hay muchas y tendrás que probar varias y elegir la que os resulte mas cómoda para ti y para el bebé. Resulta muy importante que intentes cambiar de posición de vez en cuando, para que todas las zonas de la mama se vacíen correctamente. Sea cual sea la postura que utilices hay ciertas precauciones que tienes que tener; como norma diremos que la cabeza tu bebé tiene que estar bien alineada con tu pecho, con la boquita de frente y a la altura del pecho, para que no tenga que girar ni flexionar el cuello. Cuando empieces a dar a tu bebé de mamar procura que el pezón toque su labio superior, así abrirá muy bien la boca y es en ese momento cuando debes acercar el bebé al pecho. Es muy importante que el bebé no solo tome el pezón, también debe tener dentro de su boca una parte de la areola, mejor la parte inferior, porque el bebé para comer no chupa el pezón, sino que debe hacer el trabajo con su mandíbula inferior, “exprimiendo” el pezón entre su lengua y el paladar, así que el bebé mama con la boca muy abierta y la nariz y el mentón tenemos que ver que están pegados al pecho y sobre todo el labio inferior está bien vuelto hacia afuera (evertido), aunque lo ideal es que lo estén los dos.
Signos de que algo no va bien
Hundimiento de las mejillas: Cuando el bebé se engancha al pecho vemos que sus mejillas se hunden al comer, esto es señal de que el bebé no está mamando correctamente, sino que está chupando el pezón.
Dolor continuo durante la toma y grietas del pezón: Suele producirse por mal agarre del bebé, hace fricción con la encía y daña el pezón. Puedes notar cierta molestia cuando el bebé se engancha al pecho, pero debe desaparecer enseguida.
El bebé traga aire y hace ruidos raros al comer, como si chascase la lengua.
El bebé no tiene la boca bien abierta.
No vemos los labios vueltos(evertidos), en particular el labio inferior.
El bebé solo tiene en la boca el pezón y no toma nada de la areola.
La barriguita del bebé no está pegada a la tripita de la mama.
La cabeza del bebé está separada del pecho, ni la nariz ni la barbilla tocan el pecho de su mamá.
Si notas alguna de estas situaciones retira al bebé del pecho y colócale de nuevo.
Diferentes posiciones
Todas las posturas son buenas, practica un poco y escoge la que os haga sentir mas cómodos a ti y al bebé.
Tumbados
Tumbados en la cama, colócate de lado con el bebé de lado frente a ti, su barriguita contra tu abdomen, puedes rodear al bebe con el brazo que queda debajo de tu cuerpo o colocar al bebé sobre tu antebrazo, como te resulte mas fácil. Esta postura es muy útil para los primeros días, en los que el bebé come muchas veces al día y tu estarás muy cansada, también te resultará cómoda si te han realizado una cesárea, porque así la zona de la cicatriz no se presiona con el peso de tu bebé.
Posición “tradicional”
Es importante que te sientes sobre un sillón cómodo y firme, que el asiento no se hunda, con la espalda bien apoyada en el respaldo y si no llegas correctamente con los pies al suelo es importante que coloques un alzador o almohada para teneros bien apoyados. Sujeta al bebé con su cabeza en tu antebrazo, en el hueco de tu codo y sujeta su cuerpo con el brazo y la mano, puede que necesites ayudarte con un cojín para sujetar al bebé a una altura adecuada. Su barriguita contra tu abdomen y ofrécele el pecho como te explicaba antes. Es importante que no arquees tu espalda, es el bebé quien va al pezón, no al revés.
Posición de “rugby”
Bien sentada como en la posición anterior, coloca al bebé bajo tu axila, con tu mano sujeta su cabeza y el resto del cuerpo del bebé se coloca hacia tu espalda, su barriguita queda pegada a tu costado. Tendrás que ayudarte con un cojín para sujetar correctamente al bebé y con tu mano dirige su cabeza. Se llama posición de rugby porque recuerda a la forma en que sujetan el balón los jugadores de ese juego cuando corren para marcar un tanto.
Posición reclinada
Es una postura que se identifica con la “crianza natural” e intenta que sea un instinto natural el que guie al bebé.
Es importante que escojas un lugar cómodo y te recuestes, no te tumbes totalmente, manteniendo la espalda muy bien apoyada, incluidos tus hombros y tu cabeza y coloca al bebé tumbado sobre tu abdomen, de forma longitudinal, tendrás que asegurarte de que todo su pecho y tripita están en contacto con tu abdomen. Su cabeza en tu pecho, con su mejilla bien apoyada. Puedes ayudarle con tu mano a alcanzar el pezón. Los primeros días puedes hacer esta postura con el bebé desnudito, piel con piel, de forma que los estímulos que recibáis ambos “despierten” vuestro instinto.
Posición “bebé sentado”
La mamá bien sentada, como os contaba en la posición “tradicional”, sujeta al bebé sentado frente a ella, vertical frente al pecho y sujeta el mentón del bebé con tu mano y dirige así su cabeza. Las piernas del bebé se colocan hacia un lado o bien montado sobre tu muslo. La mamá sujeta el cuerpo del bebé con el antebrazo del lado que da el pecho.
Es una posición muy útil cuando tenemos el pecho muy grande o el bebé está “hipotónico”, es decir sus músculos están algo débiles.
Es importante que encuentres un ambiente tranquilo y relajado, nadie nace sabiendo y ambos tenéis que conoceros y aprender.