Es posible que alguna vez en tu vida alguien te haya dicho que pegar a los niños es buena opción para poder educarles de forma positiva, para que te hagan caso, para que te respeten… Cuando te juntas con otros adultos que son padres y hay confianza, quizá te aconsejan que lo mejor que puedes hacer para “controlar” a tus hijos es castigarles, amenazarles e incluso pegarles (aunque sea “poca cosa”).
Si eres de las personas que defienden la disciplina positiva sin violencia y con respeto, es posible que te sientas incómodo sobre estos comentarios, por lo que es necesario que aprendas a responder a este tipo de comentarios con asertividad y sin entrar en conflicto.
Lo primero que deberás decirles es que la violencia genera más violencia y si ellos les pegan, los niños no verán nada malo en pegar a sus padres. Si los padres les humillan de esa manera, ni faltan al respeto a su cuerpo y a su dignidad pegando, sin lugar a dudas el vínculo que les une se deteriora. Los niños cuando reciben este tipo de “castigo” físico, acabarán mintiendo a sus padres cuando ocurran cosas porque tendrán miedo de que les peguen, tendrán miedo de sus padres. Y no, el miedo no es lo mismo que el respeto.
También estos niños comenzarán a pegar a otros niños porque es lo que han aprendido en casa. Siempre que se enfaden o se frustren, igual que hacen sus padres con ellos, harán ellos con los demás. Es sencillo de entender, un niño no grita si no recibe gritos, un niño aprende humildad cuando se les educa con humildad, un niño aprende a ser respetuoso cuando se les respeta primeramente… Así que si te vuelven a decir cosas así, contesta algo asertivo como: “Muchas gracias por tu consejo. La educación que inculco en mis hijos se basa en el respeto para que ellos me respeten a mí”.