Una decisión del párroco de Benacazón (Sevilla) ha desatado una fuerte controversia: se ha impedido a Noelia Vega, una joven con síndrome de Down, ejercer como madrina en el bautizo de su primo. El caso ha corrido como la pólvora en redes y ha movilizado a buena parte del municipio.
Según relatan las familias implicadas, el sacerdote quiso conocer a la madrina antes del sacramento y, tras una breve entrevista, concluyó que “no estaba capacitada” para ser madrina. La familia considera que cumple con los requisitos y denuncia un trato injusto; el asunto ya ha llegado al Arzobispado de Sevilla, que está recopilando información.
Qué ocurrió y quiénes son los protagonistas
Noelia, de 19 años y vecina de Benacazón, fue elegida por sus primos para apadrinar al bebé. En la parroquia, el cura José Antonio Morón mantuvo una entrevista con ella para valorar su idoneidad, en la que le planteó preguntas sobre el significado del bautismo y aspectos básicos de la ceremonia.
La joven, que tiene dificultades para expresarse, se quedó en silencio ante algunas cuestiones. A partir de ahí, el párroco determinó que no era apta para desempeñar el papel de madrina. La familia sostiene que ese silencio no refleja la fe ni el compromiso de Noelia, y recalca que ha recibido la Comunión y la Confirmación.
Los padres de Noelia, Gori (Gregorio) Vega y María Teresa, recuerdan que el año pasado otro conflicto similar impidió inicialmente su Confirmación en el municipio, que finalmente se realizó en otra parroquia. Para ellos, el problema no es de fe, sino de valoración injusta.
El padre del niño, Manuel Jaén, difundió un vídeo explicando lo sucedido y defendiendo que su prima está preparada para acompañar al pequeño en su vida cristiana. Su objetivo, recalca, es simple: que el niño sea bautizado y que Noelia pueda ser su madrina.
Reacción social y recogida de firmas
La respuesta en el pueblo ha sido inmediata. En pocos días se han reunido más de 3.000 firmas —en un municipio de unos 7.300 habitantes— pidiendo al Arzobispado medidas ante lo ocurrido. También se han producido concentraciones a las puertas de la iglesia en apoyo a la familia.
Varios vecinos han aprovechado para contar experiencias similares con el mismo sacerdote, como negativas a ejercer de padrinos por estar divorciados o no casados por la Iglesia. Según Gori Vega, existe un malestar acumulado por decisiones que consideran excluyentes.
Además de la recogida de firmas en plataformas en línea y de forma presencial, la familia de Noelia ha pedido públicamente una solución rápida por parte de la Archidiócesis. Aunque algunos apoyos reclaman la destitución del párroco, los padres del niño subrayan que su prioridad es poder celebrar el bautizo con Noelia como madrina.
Mientras tanto, otro sacerdote de un municipio cercano se ha ofrecido a oficiar la ceremonia sin objeciones. La familia valora esta opción si no se alcanza un acuerdo en Benacazón.
Qué dice el Arzobispado y la normativa canónica
El Arzobispado de Sevilla ha indicado que está recopilando datos y estudiando la situación de acuerdo con el Derecho Canónico y la instrucción sobre la iniciación cristiana de la archidiócesis. Por ahora, no entra a valorar el fondo del caso.
Sobre los requisitos, el Código de Derecho Canónico establece, entre otros, que los padrinos deben ser católicos, haber sido bautizados, confirmados y haber recibido la Eucaristía, tener al menos 16 años —salvo dispensa— y llevar una vida coherente con la fe. También se menciona la capacidad o intención de realizar la misión de acompañar en la fe, donde el párroco suele tener margen de discernimiento.
La familia insiste en que Noelia cumple los sacramentos y entiende la fe a su manera, y rechaza que una dificultad de expresión equivalga a no poder ejercer el papel de madrina. Aquí es donde se centra el debate sobre cómo interpretar la “capacidad” exigida.
Posturas políticas y voces públicas
La consejera de Inclusión Social de la Junta de Andalucía, Loles López, ha mostrado respeto a las normas de la Iglesia, aunque ha expresado que sería “bonito” que la joven pudiese ejercer como madrina. Sus palabras han puesto el foco en el equilibrio entre normativa interna y sensibilidad social.
Figuras públicas y colectivos por la discapacidad también se han pronunciado, defendiendo la inclusión y criticando decisiones que, a su juicio, excluyen por motivos ajenos a la fe. Entre las reacciones, educadores y activistas han reclamado que se prime la acogida y la participación plena.
El caso ha tenido eco en medios de comunicación y programas de televisión, donde se han recogido testimonios, apelaciones al diálogo y llamadas a encontrar una salida que no vulnere ni la normativa ni la dignidad de la joven.
Próximos pasos
Mientras el Arzobispado analiza la información, los padres del niño reiteran que no buscan una guerra, sino que se celebre el bautizo con Noelia como madrina. Si no hay acuerdo en la parroquia de Benacazón, contemplan realizar el sacramento en otra iglesia de la provincia.
Por su parte, Gori Vega ha anunciado que entregará las firmas en la curia sevillana para solicitar una respuesta. La comunidad de Benacazón permanece atenta a una resolución que zanje la controversia y marque un precedente claro sobre la inclusión en los sacramentos.
El episodio ha puesto en primer plano cómo se aplica la normativa canónica cuando existen diversidades funcionales. Las familias piden que se evalúe la fe y el compromiso real de las personas por encima de las dificultades comunicativas, y que el discernimiento pastoral se ejerza con criterios de acogida y proporcionalidad.
Con el pueblo movilizado, la familia aguardando una salida y el Arzobispado estudiando el caso, la solución pasa por compatibilizar el respeto a las reglas de la Iglesia con una interpretación inclusiva que permita a Noelia acompañar a su primo en un momento importante para ambos.
