Es motivo de preocupación o de estrés cuando los padres observan los quejidos y malestares de que a su hijo le duele las piernas. Generalmente vienen acompañados de dolores diurnos, ya sea al atardecer o en la noche.
Los niños suelen señalar que les duele la parte delantera de los muslos o las rodillas, un día puede ser en ambas piernas y otro día puede ser solo en una de ellas. Por lo general no suelen doler por la noche, aunque hay niños que sí que lo manifiestan, incluso suele desaparecer este malestar por la mañana al despertarse.
¿Cómo son estos dolores?
Generalmente vienen asociados cuando ha habido actividad física durante el día y aparecen al atardecer o por la noche. Hay niños que incluso tienen despertares nocturnos debido a las molestias. Los padres nos preocupamos cuando después de una pequeña racha los dolores vuelven a manifestarse el día menos inesperado.
Los dolores aparecen en las piernas de forma puntual que suelen durar pocos días. Pero si vienen acompañados de inflamación, sensibilidad al tocar las articulaciones, fiebre, sarpullido, cojean o están debilitados, hay dolor constante durante todo el día o vienen acompañados de dolor aislados en brazos, espalda o ingle, entonces podría existir una afección más grave.
¿Por qué a mi hijo le duele las piernas?
Son dolores de la infancia y suelen ser comunes. Al ser ocasionales se suelen llamar dolores del crecimiento y aparecen por la tarde o al final del día. En algunos casos hay niños que se despiertan por las noches.
Las edades en las que suelen apareces estas dolencias son entre los 3 y 5 años y de nuevo entre los 8 y 12 años. Son etapas dónde se manifiesta un mayor crecimiento y se ha llegado a asociar al mayor crecimiento del hueso por el cual no ha superado la flexibilidad normal de los músculos y tendones, creando tensiones en dichas zonas.
¿Cómo podemos ayudar para que se alivie el dolor?
Los padres somos el mejor apoyo para aliviar esta molestia. Se puede masajear la zona dolorida con una cremita suave para que se calme el dolor. Funcionan muy bien las compresas calientes colocadas durante unos minutos en la zona, o incluso colocar algo frío también alivia este dolor.
En el momento se pueden hacer pequeños ejercicios de estiramiento, doblando ligeramente la zona dolorida o a ayudar a estirar cierta zona. Estos ejercicios también están recomendados antes de ir a la cama por si suelen doler a esas horas las piernas. Si no desaparece el dolor, la mejor alternativa es una dosis de ibuprofeno o paracetamol.
¿Cuándo consultar con el pediatra?
La consulta se realizará cuando los dolores sean muy intensos y repetitivos, y cuando se precisa continuamente de medicación para aliviarlo. Si les duele en una zona muy concreta o si se levanta por las mañanas con el dolor.
Si durante el día cojean, si la zona se inflama o enrojece y sobre todo si viene acompañado de fiebre, pérdida de peso y cansancio. Son indicios de que pueda existir algo mucho más severo.
Los malestares más comunes de preocupación aparecen cuando al levantarse de la cama continúa con el dolor o cuando le duele durante el día y no puede realizar sus actividades diarias porque le produce malestar y cojera. Con los síntomas de todos estos casos hay que acudir a la consulta de pediatría para que le haga un examen profundo o le derive a un especialista.
Ante este tipo de dolores sin más síntomas de preocupación, los padres pueden tranquilizar a su hijo explicándole que está pegando el estirón y que dentro de unos días será un poquito más alto. Eso le reforzará su autoestima, le calmará y por lo menos habrá echado una sonrisa.
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