La lengua materna es la primera lengua que aprende una persona en su vida, esas primeras palabras que poco a poco formarán su vocabulario y su forma de pensar y expresarse en su día a día. También conocida como lengua nativa, la lengua materna recibe su nombre porque es de la madre de quién se aprende generalmente esas primeras palabras. Las que recibe un bebé incluso cuando todavía se encuentra en el útero materno.
Esa primera lengua que se aprende de forma natural, sin que exista una enseñanza pedagógica, esa que se adquiere del propio entorno y la que se utiliza para comunicarse con el resto de personas. Tan importante es la lengua para el desarrollo de los niños, que desde el año 2000 cada 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna.
Valores y cultura de la lengua nativa
Según se transmite desde la UNESCO, el aprendizaje de la lengua materna es fundamental para el correcto desarrollo de la lengua. Así como para desarrollar habilidades como la lectura o la escritura. Además, a través de la lengua materna se transmiten valores y conocimientos sobre la cultura local, especialmente en pueblos indígenas que conservan la lengua nativa como forma de comunicación.
Relación entre la lengua materna y la adquisición del lenguaje en el niño
Aprender la lengua materna puede ser el aprendizaje más importante durante los primeros años de vida de los niños. A través del cuál, los niños comienzan a relacionarse socialmente con sus iguales y con las personas que conforman su círculo social. El aprendizaje de la lengua nativa comienza hacia la semana 30 de gestación, es decir, desde antes incluso de nacer.
Por lo qué, los niños que aprende la lengua nativa, tienen mayor probabilidad de adquirir correctamente la adquisición del lenguaje. Pero no solo eso, según los estudios realizados, los niños que adquieren como primera lengua la nativa de sus padres, tienen más posibilidades de obtener una educación más completa. Y sobre todo, los niños podrán expresar sus sentimientos y emociones con mayor facilidad.