A muchas madres nos estresa que nuestro hijo grita en vez de hablar. Esto es algo normal en la primera infancia. No obstante debemos observarle, por si estos gritos fueran una llamada de atención, si pudiéramos detectar algún trastorno o por si hubiera un problema de audición, que puede ser pasajero.
A continuación te explicamos por qué muchos niños y niñas gritan al hablar, los motivos que puede haber detrás, trataremos de analizarlo y de darte algunos consejos para que bajen la voz. Pero recuerda una premisa básica: ello son niños, no adultos en miniatura.
Índice
Algunas cuestiones previas de por qué tu hijo puede gritar
Ya hemos establecido que los niños piensan, sienten y actúan de manera muy diferente a los adultos. ¡Gracias a Dios! Y no podemos pretender que actúen, piensen y sientan como lo hacemos nosotras. Los niños son espontáneos, explosivos, alegres, intensos, suelen hablar mucho y en tono alto.
Debemos aceptar a nuestros hijos tal y como son, con su temperamento y su personalidad. Lo que sí debemos y podemos hacer es, como madres, ir modelando y moderando su expresión emocional. Para ello hay distintos materiales y recursos que pueden servirte.
Si no existe ningún trastorno, ni dificultad, lo normal es que tu hijo grita al hablar porque se ha acostumbrado a tener este tono de voz, que es más elevado de lo normal. Puede que se haya acostumbrado porque en tu casa se habla con un tono alto, el volumen de la televisión, un entorno ruidoso, pero también puede ser por la edad o la necesidad de llamar la atención. De todo ello te hablamos a continuación.
Motivos de un niño que grita al hablar
Uno de los motivos que llevan a un niño a hablar gritando pueden ser la edad. En la primera infancia, hasta los 6 años, los niños no controlan el tono de voz con el que se expresan. Gritan ante cualquier cosa que les llame la atención, les asuste o les emocione. Ya, entre los 6 y 12 años van modulando sus expresiones aunque siguen dominadas por la impulsividad del momento.
Si tu hijo pasa muchas horas en un centro escolar en el que hay mucho ruido, por ejemplo porque sean muchos alumnos, se habituará a hablar en un tono de voz por encima de lo normal para hacerse oír. Ten presente que sus amigos y compañeros también lo hacen. Lo mismo ocurre si en la familia se utiliza un tono de voz elevado.
Hay niños que tienen la necesidad de llamar la atención de los adultos para sentirse querido. Para llamar nuestra atención, y que les atendamos adoptan este tono de voz, así les diremos que no griten, y con ello reforzamos aún más esta conducta. Y también tengamos en cuenta que se puede tratar de un tapón de cera en el oído, que con una revisión quedará solventado.
Consejos para que tu hijo baje el tono de voz
Uno de los primeros consejos que queremos darte es que centres toda tu atención en lo que tu hijo dice cuando habla. Para de hacer lo que estés haciendo y escúchale de forma activa. Así no encontrará motivos para gritarte. Para reducir su impulsividad podemos enseñarle a respetar el turno de palabra. Que nosotras mismas debemos respetar. No interrumpirle mientras él habla.
Es posible que tu hijo grita al hablar como respuesta a emociones desagradables como la frustración, los celos, el estrés. Comprende que por su edad, tienen menos capacidad para gestionarlas, así que es su forma de liberarlas. Trabaja con él otras formas de canalizar estas energías, pero sin prohibir que las manifieste. Llevad a cabo juegos, actividades o ejercicios que le ayuden a modular la intensidad de su voz.
Y aunque parece obvio, si no quieres que tu hijo siga gritando cuando habla, no correspondas a sus gritos con más gritos. No sirve decir ¡no me grites! si lo hacemos con un tono de voz elevado. No hay nada como un examen de conciencia y analizar en qué podemos mejorar para que en nuestro hogar reine la calma, y por supuesto, destierra los castigos o amenazas verbales.
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