Por qué mi hijo ha empezado a tartamudear

Por qué mi hijo ha empezado a tartamudear

Cuando tu hijo comienza a tartamudear se puede diferenciar con problemas de fluidez cuando repite sonidos o sílabas, construye palabras rotas, se producen bloqueos, las palabras  se prolongan con sonidos o se produce tensión. Estas hecho aparece de forma puntual o en conversaciones por separado.

No es raro ver a los niños con problemas de fluidez en el habla, dónde por ejemplo haga una repetición de palabras o frases. Este hecho se produce alrededor de un 5% de los niños dónde representan este problema de fluidez entre los dos años y medio y los cinco años. Dónde es más recurrente esta manifestación es en momentos de cansancio, bloqueo, emoción o presión.

Cuando un niño comienza a tartamudear

La primera etapa dónde comienza a manifestar sus primeras palabras es alrededor de los 18-24 meses. En esta edad el niño o la niña ya comienza a aumentar su vocabulario y a unir palabras para formar frases. Es fácil observar que al hacerlo el niño comience a tartamudear y pueda llegar a ser frustrante para muchos padres, pero hay que tener paciencia porque en principio llega a ser un hecho normal.

Hay que hacer un diagnóstico que diferencie el problema de tartamudear con un problema puntual de fluidez. Un niño puede tener problemas puntuales para hablar dónde se represente la tartamudez, aunque en la mayoría de los casos suele ser por querer hablar mucho más rápido de lo que puede. Un logopeda puede evaluar y valorar si el niño tartamudea y necesita algún tipo de ayuda especial.

La tartamudez también puede comenzar alrededor de los 3 y 4 años, es cuando el niño comienza a desarrollar un lenguaje mucho más complejo, dónde ya desarrolla frases enteras y a desarrollar ideas. En este momento hay niños que comienzan a tartamudear y solo hay un 20 a 25 por ciento de niños que se quedan con esta tartamudez persistente.

Por qué mi hijo ha empezado a tartamudear

La repetición de sílabas no decide diagnosticar que un niño es tartamudo, ya que suele pasar de forma ocasional. Sin embargo, si aparece una repetición verbal durante un diálogo junto con una tensión espasmódica, entonces podemos hablar de la tartamudez.

Los niños que observan que les cuesta emitir diálogos pueden omitir este problema y no darle importancia. Por otro lado, hay niños que el no poder desarrollar una conversación de forma correcta les provoca ansiedad y miedo a hablar, afectando a tener muchos más bloqueos y dificultades para poder comunicarse.

Consejos para ayudar a tu hijo cuando comienza a tartamudear

Ante estos episodios de tartamudez los padres deben de dirigir todo su apoyo y tranquilizarse, pero intentar no decir frases cómo pedir al niño que “respire hondo”, o “tienes que tranquilizarte” o anteponer a decir lo que iba a decir el niño, sin dejar la oportunidad que lo haga él o ella. Hay que dejar que lo espontáneo y la imprevisión surja de forma natural.

Hay que dejar que se exprese por todos los medios posibles, en su caso no hay que interrumpirlo, siempre poner atención a lo que nos va a contar, aunque estemos haciendo algo, y si no es posible atenderlo, por lo menos pedir que espere un minuto.

Por qué mi hijo ha empezado a tartamudear


Si mantienes una conversación procura hablar despacio y en tono bajo, ya que eso sosiega y tranquiliza el ambiente. Tampoco podemos desviar nuestra mirada cuando está tartamudeando. Hay que evitar decir palabras negativas cuando tartamudea, pues provoca más bloqueos e inseguridad: “Cállate”, “habla mejor”, “¿cómo?”, “habla mejor”, etc.

Ante estos hechos, el niño que tartamudea tiene que tener el mejor apoyo familiar. No tiene que ver reacciones o expresiones que le provoquen indecisión, o actos fuera de tono y vivir en un ambiente tranquilo para que no le provoque mucha ansiedad. El niño debe de estar es todo momento seguro y tranquilo y no sentirse juzgado. Si quieres potenciar mucho más su forma de hablar de forma correcta puedes leer nuestro ejercicios para hacer en casa y que mejoran la tartamudez.


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