Si tu hijo juega con muñecas puede formar parte de una condición natural, seguramente esté relacionado con esa parte masculina de estar haciendo sus pequeñas prácticas para que en un futuro pueda convertirse en padre y formar parte de una familia.
Que los niños jueguen con muñecas no termina de calar mucho en nuestra sociedad, ya que se sigue convirtiéndose en un hecho fuera de lo común. El acto de jugar con juguetes como muñecas no afemina su parte masculina, sino que más bien llega a ser beneficioso para su desarrollo.
¿Por qué mi hijo juega con muñecas?
Siempre hemos definido o categorizado a los juguetes por “juguetes para niños” y “juguetes para niñas” siendo una determinación muy mal clasificada. Nuestro propio entorno ya considera el rol de la paternidad a que ejerzan otras tareas no relacionadas con las de la mujer.
La publicidad siempre ha creado esta separación y distinción de sexos, dónde se crea un bombardeo constante de crear realidades injustas. Poco a poco hay compañías de juguetes que van normalizando sus campañas y ofrecen la oportunidad para que los niños jueguen con muñecas y todo lo relacionado a tal fin, para que aprendan a ser mejores adultos a través del juego.
Que tu hijo juegue con muñecas es una buena noticia, ya que crean sus propios mundos imaginarios, a inventar cómo sería su comportamiento y cómo podrían interactuar entre las personas. Los niños tienen la capacidad de utilizar su imaginación y convertirlo en cualquier objeto y muchos de ellos utilizan las muñecas como ensayo de las habilidades sociales que en el futuro les depara, como la resolución de conflictos, la colaboración y la cooperación.
Las muñecas y su conexión con los niños
Hoy en día existen en el mercado una amplia variedad de personajes que representan roles y profesiones (juez, sanitario, jugadores de fútbol, médicos, profesores…) son juguetes que ayudan a los niños a identificarse con sus muñecos e imaginar una infinita variedad de escenarios. Por lo tanto, ya se está ofreciendo a un niño la posibilidad de aprender con el juego y con las muñecas como otras variantes de aprendizaje.
El juego con muñecas genera habilidades cognitivas, crea un desarrollo intelectual y emocional. Un niño que juegue con muñecas hace que esté expuesto a saber cómo maniobrar y desenvolver sus quehaceres en un futuro. Practicará habilidades cotidianas con su juguete como bañarlo, alimentarlo, pasearlo y vestirlo.
Los padres ante tal presencia en su aprendizaje de juego o diversión no tienen que determinar la sexualidad de sus hijos. Hay muchos niños que juegan con juguetes relacionados con las niñas, y niñas que juegan con coches y balones. Después crecen sintiéndose con el sexo que son.
La conclusión está en el amor y respeto
Si más adelante un niño que comporta este juego lo manifiesta con su orientación sexual siendo homosexual, tampoco tiene que confrontar un problema real. Se sabe que hoy en día hay muchos padres temerosos y confundidos con su expresión de género. Son muchos los prejuicios y las presiones sociales que existen todavía en nuestra cultura y por lo tanto siempre nos negamos a que nuestro “hijo juegue con muñecas”.
Es difícil aclarar desde aquí cuál puede ser la mejor decisión. Si las señales son claras, lo que deberíamos de tener en cuenta es amar y respetar, es un hecho real, pero difícil de crear. Ante cualquier indicio si observas que a tu hijo le gusta jugar con muñecas nunca hay que ridiculizarlo, ni crear expresiones como “nenazas”.
Un niño que le guste jugar libremente y unos padres que lo repriman hace que se avergüence de lo que hace y sienta menosprecio. Si nos ruboriza ver así a nuestros hijos no hacemos más que potenciar el “qué dirán” de esta sociedad. Lo más correcto es dejar crecer a tu hijo con amor y respeto para que aprenda a amarse y respetarse.
Nuestros hijos son el bien más preciado, hay que quererlos porque nos pertenecen, y muchos padres toman decisiones drásticas y los pierden por puros convencionalismos sociales. Como mejor recomendación debe de entrar en nuestra capacidad de padres, ofrecer aprecio y adoración.