Recuerdo cuando mi primer hijo tenía dos años de edad. Siempre había sido un niño tranquilo, pacífico. Pero de un momento a otro comenzó a golpearse la cabeza contra la pared cuando estaba enojado. ¿Por qué mi hijo se golpea la cabeza?, me preguntaba y no encontraba respuesta.
Lo que en un momento creímos que era casualidad se transformó en un pequeño hábito que se repetía de tanto en tanto. Por eso, realizamos una consulta con su médica pediatra. Por fortuna, nos dijo que era sólo una manera de expresarse, una costumbre que así como había llegado pronto se iba a ir. Y así ocurrió, luego de un par de meses de golpear su cabeza contra la pared ante una frustración un día dejó de hacerlo.
Golpear la cabeza
Para ningún padre es agradable ver que su bebé se golpea la cabeza por voluntad. O bien que se dan golpes con la mano o golpean sus cabezas con la cuna, el suelo o la pared. Es algo que altera a los adultos, que buscan diferentes formas de calmarlos o distraer la atención. ¿Por qué mi hijo se golpea la cabeza contra la pared se preguntan?
En la mayor parte de los casos la necesidad de ciertos bebés de golpear sus cabezas está vinculada a su emocionalidad y a una forma que encuentran para expresar sus enojo o frustración. Cuando se sienten enfadados, no saben encontrar una mejor manera de gestionar sus emociones y tienen estos exabruptos. En algunos casos pueden ser golpes suaves pero en otros pueden ser más descontrolados. En estos casos, es común que además se sumen llantos, gritos y fuertes rabietas.
Cuando no está en juego la gestión emocional de los bebés vinculada al enojo, puede ocurrir que un hijo golpea su cabeza en busca de calma. Al hacer esto, encuentran una forma de calmarse antes de dormirse. En estos casos, se trata de golpes muy suaves, más parecidos a movimientos repetitivos que a golpes fuertes. Es común que estos niños golpeen su cabeza contra la almohada o la cuna. Ellos buscan alivio y relajación y lo encuentran repitiendo esta acción.
En los casos menos frecuentes pero también más graves, los niños que se golpean la cabeza pueden manifestar un síntoma vinculado al autismo. Por lo general, este gesto viene acompañado de otros síntomas, como poca o nula interacción social, reacciones emocionales fuertes o exabruptos y retraso en el habla. Por otra parte, el mover la cabeza se produce a modo repetitivo y muchas veces se le suman ruidos o gemidos.
Qué hacer si mi hijo se golpea la cabeza
En difícil saber qué hacer cuando a un hijo le ocurre algo. Y más cuando eso causa frustración a los adultos, que no encuentran las razones por las que un niño golpea su cabeza sin motivo aparente. Lo primero es mantener la calma para así ayudar al niño a suspender la reacción.
Si se trata de un hijo que golpea su cabeza antes de quedarse dormido aguanta la tentación de frenarlo. Es probable que luego de unos minutos él sólo deje de hacerlo, una vez que entra en la fase de sueño. Si se golpea contra la cuna, puedes colocar una chichonera para evitar que se golpee con fuerza.
Cuando un hijo se golpea la cabeza por una rabieta lo mejor es dejar de prestarle atención. De esta forma, el niño comprenderá que no es una acción que logre buenos resultados. Al ignorarlo, el niño se verá obligado a recurrir a otros recursos que le resulten más útiles para calmarse al tiempo que aprenderá a gestionar sus enojos y su emocionalidad. Eso sí, presta atención a los riesgos, evita que haya objetos con los que pueda golpearse y lastimarse. Si te bebé observa que su comportamiento no hace mella en ti, dejará de hacerlo pues no logra su cometido.
En el caso de golpes más riesgosos, es momento de actuar. Si tu hijo se golpea la cabeza fuerte, puedes tomarlo por los brazos con suavidad para frenar el impulso. Háblale con calma y cariño. En el caso de sospechar que este comportamiento es síntoma de algún tipo de trastorno, consulta con el pediatra, en especial si se le sumanalgunos de los síntomas descriptos.