En nuestra cultura nos saludamos con besos tanto con familiares y amigos cuando nos encontramos. Para los niños los besos son muestras de cariño y afecto, y no se los dan a cualquiera. El problema viene cuando queremos que nuestros hijos saluden de la misma forma que nosotros y les obligamos a dar besos a desconocidos.
Podemos estar haciendo aprendizajes negativos a pesar de nuestra buena intención. Vamos a tratar porque es mejor no obligar a dar besos a los niños como forma de saludo.
Respeto
Los niños tienen derecho a ser respetados y a que se expresen cuando quieran. Si no les sale dar un beso o un abrazo que no los den. En lugar de decir “¡Dale un beso a la prima del pueblo!”, viendo que el niño/a se muestra reacio, sería mejor preguntarle “¿Quieres darle un beso a la prima?”. Y que el niño decida si quiere o no darlo.
Tenemos tan asociado los adultos las muestras de afecto como saludo, que lo vemos como algo normal. La diferencia es que nadie nos obliga a hacerlo, lo hacemos de manera voluntaria. Los niños se merecen ser respetados en cómo quieren relacionarse con otras personas.
Cuantas veces por quedar bien o por mostrar que nuestros hijos son educados les obligamos a dar besos y abrazos, ignorando sus sentimientos. No serán maleducados por no dar besos, no caigas en el chantaje emocional. La educación se puede mostrar en muchos otros niveles que dando besos.
Se aprende a socializar de muchos formas pero una de ellas no es forzando, ya que puede ser contraproducente. Hay muchos inconvenientes que les estamos causando a nuestros hijos al forzarles en estas situaciones.
Respeta su espacio vital
Las personas tenemos nuestro espacio vital, que es ese espacio que está entre nosotros y los demás. Nos ofrecen seguridad. Los niños también tienen su espacio vital, por eso no quieren acercarse a personas que no les de confianza o desconocidos.
Se les puede enseñar a saludar diciendo hola, y según vaya creciendo o ganando el confianza verá que se trata de un beso social. Pero que sea el niño/a quien así lo decida dar o no.
Es su cuerpo, no el tuyo
Deben aprender que su cuerpo el suyo y que no deben hacer nada para satisfacer a nadie. Son los dueños de su cuerpo. Así como nosotros como adultos les ponemos límites, ellos también tienen los suyos propios. Si les obligamos a dar muestras de cariño les estaremos diciendo que no tienen control sobre tu cuerpo, y que tienen que satisfacer a otros a cualquier coste.
Además les mandamos mensajes contradictorios. Por un lado les decimos que no hablen con extraños, y por otro les obligamos a dar besos a gente desconocida para él. ¿Qué pensará el niño?
Beneficios de no obligar a dar besos a los niños
- Al respetar su decisión les permite autorreafirmarse y que en el futuro no caiga en el chantaje emocional.
- Aprender a ser dueños de su cuerpo.
- Les permitirá marcar límites con desconocidos con malas intenciones.
- Mejoramos su autoprotección.
- Serán más selectivos en a quien se acercan.
Cómo reaccionar
Ante un momento de encontrarse con alguien desconocido para el niño por la calle, lo mejor es actuar de forma normal. Dejar pasar unos 5-10 minutos para que el niño pierda la vergüenza. La persona puede interactuar con el niño para crear un clima de confianza y una vez terminada la conversación preguntarle al niño si quiere despedirse con un beso, y que el niño decida. Si desde el momento uno les obligamos a dar un beso el niño probablemente se cerrará en banda.
Resumiendo, no debemos obligar a nuestros hijos a dar besos para no ofender a nadie. A la primera persona que debemos respetar es a los más pequeños. Está perfecto socializar y convivir, pero eso los niños lo van aprendiendo a través de la observación y lo asumirán como cultural a su debido momento.
Por que recuerda…respetar los tiempos de los niños es mucho más ventajoso para ellos que obligarlos a “quedar bien” o “parecer educados”. Lo primero son ellos.