Por qué una madre siempre será la mejor para sus hijos

Varias generaciones de madres e hijas

Todos hemos dicho alguna vez a lo largo de nuestra vida, “Mi madre es la mejor.” Es bueno sentarse a reflexionar sobre el porqué de este hecho. Aunque existan madres desnaturalizadas o hijos desapegados y no se pueda generalizar, es casi una norma que para cada hijo, su madre, es la mejor.

Bien podría ser por el hecho psicológico de que todo bebé necesita una figura de apego, que lo alimente, que cubra sus necesidades fisiológicas y emocionales en todo momento lo mejor que sepa.

Una madre está unida con su bebé desde la concepción

Sombra sobre vientre materno.

Una madre y su bebé están unidos desde mucho antes del nacimiento.

Una madre biológica está unida a su hijo 9 meses por un cordón umbilical, por el cual no solo circula sangre con nutrientes, también circulan terminaciones nerviosas, cargadas de información y de estímulos que recibe el bebé a través de su madre.

Durante su primera etapa de existencia, ese bebé vive, literalmente a través de su madre. Éste siente placer con todo lo que a ella le gusta, y rechazo hacia lo que no le agrada. Este cordón, es una vía de doble sentido, dado que también una madre nota si su bebé se agita y se siente alterado por alguna circunstancia de su entorno o si está relajado y tranquilo, aunque estén cayendo truenos a su alrededor.

Una madre puede comerse una cesta entera de naranjas porque a su bebé le apetecen y ella lo sabe. Aunque la ciencia aún no pueda explicar exactamente y con precisión si existe realmente esa conexión o es fruto de la sugestión y de los mitos y creencias populares, como son los llamados “antojos”.

La madre, aunque sea adoptiva también es especial y tiene un gran vínculo con su hijo.

Ella observa a su retoño desde el momento que se lo entregan en sus brazos y atiende la necesidad de estímulo que su madre biológica no le ha podido dar. Como ya he mencionado, es un hecho demostrado en estudios psicológicos, que todos los niños necesitan una o varias figuras de apego para un correcto desarrollo de sus capacidades y de su personalidad.

La figura de apego más usual y por tanto la principal, sigue siendo la madre. Aunque el mundo avanza y los roles de género están cada vez más difusos y hay más padres que se encargan de ocuparse de las necesidades fisiológicas y emocionales de sus hijos, es ella la que se encarga de esta grata y dura responsabilidad.

Madre velando a su hija

Una madre velando el sueño de su bebé.

Los hijos saben que sus madres son únicas en el mundo.

Los hijos son personas desde que nacen, por lo que , aunque no puedan expresar de la misma forma que nosotros hemos ido aprendiendo con los años, reciben los estímulos. Un niño no aprende de las palabras, un niño aprende de los ejemplos. Los hijos, ven a sus madres alimentarlos, vestirlos y asearlos, abrazarlos, contarles cuentos y sobre todo, lo más esencial, hacerles reír como nadie en este mundo puede.

Estos bebés crecen y con el paso del tiempo, se hacen conscientes de que cada vez que su madre no estuvo, fue por su bien, que lloraba por dentro más que ellos cuando les dolía algo, que no dormía más cuando ellos se despertaban en plena madrugada y tenían fiebre, aunque al día siguiente tuviese que irse a trabajar. Y siguen creciendo y ven como su madre dejó de comprarse lo que más le gustaba para que ellos tuvieran zapatos nuevos, o que abandonaron los estudios para atenderles mejor, en definitiva, se dan cuenta de que cada día hacía un nuevo sacrificio por alimentarlos, vestirlos, asearlos y hacerles reír como nadie en este mundo puede.


Madre e hija riendo

Hacer reír a un hijo es reforzar vínculos con él.

Una madre, conoce a su hijo como nadie.

También puede ser que una madre observa en su hijo cada reacción o comportamiento, para atender cualquier necesidad que pueda surgirle, cualquiera que sea su naturaleza. Una madre conoce, como ya hemos dicho, si a su bebé le apetecen naranjas, si tiene pis, si le gusta algún chico o chica al crecer, o si quiere hacer Bellas Artes o Ingeniería cuando son adultos y deben escoger su futuro. Lo importante es que siempre los hijos, sientan el apoyo y amor incondicional de sus madres.

Una madre sabe hasta dónde es capaz de llegar su hijo, éste, siente su aliento, su apoyo, su ánimo, que es todo un impulso para su autoestima. Una madre es capaz de inspirar con su ejemplo, pautas de conducta o comportamiento. Ella conoce a sus hijos y los entiende, sabe qué necesitan en cada momento. Es por esto que cada hijo sabe que para él, su madre siempre será la mejor.


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  1.   Miriam Espinosa dijo

    Precioso artículo!!! No puedo estar más de acuerdo en todo lo que has escrito ???

    1.    Maria Madroñal dijo

      Gracias, un placer escribir para mamás que lo entiendan como tú ?

  2.   Araceli dijo

    Cómo me gusta!!! Transmites…desde ya me considero tu fan!!!

    1.    Maria Madroñal dijo

      Así da gusto ?

  3.   Coco dijo

    Me encanta tu artículo María .
    Deseando leer el segundo tema .

    1.    Maria Madroñal dijo

      Gracias 😉

  4.   Paula dijo

    A pesar de que yo no he tenido esa figura, yo soy de esas madres de las que escribes. A pesar de no haber tenido ese ejemplo o esa figura he conseguido inventármelo y es lo que trato de transmitirle a mi hija. Espero ansiosa por tu siguiente artículo!!!!

    1.    Maria Madroñal dijo

      Las personas que no han tenido esa figura, son, precisamente las que más vínculos desarrollan con sus hijos y las que más se esfuerzan en potenciar al máximo un buen desarrollo para ellos. Aunque suene extraño, enhorabuena MADRAZA.

  5.   María dijo

    Tienes una sensibilidad increíble y el artículo es precioso. Gracias por compartirlo.

    1.    Maria Madroñal dijo

      Muchísimas gracias por los cumplidos, ser sensible entraña sus riesgos, pero comentarios como el tuyo, son una grata recompensa, es poco usual que se valore. 😉