Preparando las maletas en casa: educar en la responsabilidad

bebé en maleta

Llegan las vacaciones y es momento de hacer las maletas y, como zíngaros en busca de escenarios relajantes y paradisíacos, las ponemos sobre el coche o las facturamos en el avión con la seguridad de que lo llevamos todo. Ahora bien, un error en el que suelen caer muchas mamás y muchos papás es en hacer ellos mismos la maleta de los más pequeños para, de este modo, ahorrar tiempo e incluso discusiones.

Obviamente, todo va a depender de la edad de nuestros hijos, pero hemos de recordar algo fundamental: cualquier momento es bueno para educar en responsabilidad, y el simple ejercicio de saber qué vamos a llevarnos, qué es mejor dejar y de qué manera organizo mi bolsa de viaje, es sin duda todo un ejercicio de madurez. En «Madres Hoy» te proponemos reflexionar sobre ello a través de sencillas e interesantes pautas.

Hacer las maletas con los más pequeños y no morir en el intento

Habrá niños que desearán incluirlo todo en las maletas, desde el almohadón en el que duermen hasta el balón de baloncesto. Si nuestros lectores han visto la deliciosa película «Nuestro último verano en Escocia«, recordarán sin duda a la niña pequeña, empeñada en llevarse unas piedras de tamaño considerable, porque eran sus favoritas.

No es precisamente fácil convencerles de que durante unas semanas, van a tener que desprenderse de muchas de esas cosas que les son cotidianas. No obstante, ese mismo «desprendimiento» o el dejar de reforzar esa «fijación» que en ocasiones desarrollan hacia ciertos objetos, es sin duda una de las mejores cosas que descubrirán durante sus vacaciones.

Tengamos en cuenta ahora las siguientes estrategias.

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Un toque de paciencia y una pincelada de imaginación

Si vamos a la playa no vamos a necesitar los patines. La bicicleta tampoco cabe en la maleta, y más, si en la casa de nuestros abuelos ya hay otras de nuestros primos que pueden dejarnos. No importa si la nuestra es más grande y más bonita.

Como siempre ocurre en estos casos, las maletas se dejan para última hora, generalmente, para la tarde o noche antes de irnos de viaje. La ropa puede arrugarse o coger olor a cerrado, lo sabemos, pero en el caso de nuestros hijos vale la pena tomarnos un poco más de tiempo.

  • Vas a necesitar paciencia y algo de imaginación para fomentar la responsabilidad en esta tarea, que aunque sencilla, es realmente educativa.
  • Propón días antes a tus hijos que hagan un listado «no sobre lo que ellos desean llevarse», sino lo que es necesario poner en la maleta en vista de nuestras necesidades en el lugar de vacaciones. Para ello, vale la pena explicarles detalladamente dónde vamos y lo que vamos a hacer.
  • Revisaremos con ellos el listado y entonces pactaremos qué sí y qué no debemos incluir en la maleta.

La importancia de dejar hacer

Tal y como nos explica el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en su libro «El cerebro del niño explicado a sus padres» educar no se trata en absoluto de hacer que el viento sople siempre hacia las velas de nuestros hijos. Se trata de enseñarles a hacer frente poco a poco a las tormentas que aparezcan en sus vidas.

  • A muy pequeña escala, el tener que organizarse días antes a las vacaciones es un pequeño vendaval que merece la pena que experimenten por sí mismos. Permite entonces que organicen cada cosa que van a incluir en la maleta y que han acordado con nosotros.
  • Deja que organicen la ropa, los bañadores, el cepillo de dientes o los libros que se van a llevar. Dales ante todo, la oportunidad de hacerlo por sí mismos. Más tarde podremos ayudarles en algún detalle, pero es importante que se sientan útiles, autónomos, capaces y ante todo, responsables de sus cosas.

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La tecnología mejor en casa

Queda claro que cada madre, que cada padre es muy libre de orientar la crianza de la mejor forma que considere de acuerdo a sus creencias. Ahora bien, el que un niño tenga como principal prioridad llevarse su tableta, su portátil – si ya lo tiene- y por su puesto su móvil -si ya lo tiene- no es algo precisamente pedagógico.

  • El cerebro de un niño necesita por encima de todo, que le enseñemos a saborear la vida, no ha consumirla a través de una pantalla del teléfono o viendo videos de Youtube sin parar o pasando sus tardes de verano frente a la piscina, jugando a videojuegos online donde conseguir puntos matando zombies.
  • La vida acontece ante los ojos de un niño, y las vacaciones son un momento idóneo para que corran libres, para que se ensucien, se arañen las rodillas escalando árboles o buscando piedras de colores en la playa. El verano es para disfrutarse al aire libre, no con las pupilas ante una pantalla.
  • Ahora bien, es necesario tener claro un aspecto. Los niños toman ejemplo de nosotros, así que no debemos cometer el error de estar siempre enfrascados en nuestro correo electrónico o en nuestros grupos de whatsapp compartiendo fotos de nuestras estupendas vacaciones. Desconecta, hazlo de vez en cuando, pasea con tus hijos, lee o simplemente, no hagas nada. Limítate a estar presente, en el aquí y ahora con tus niños. ¿Puede haber algo mejor?

Así que lo que NO vamos a incluir en nuestras maletas es lo siguiente:

  • El estrés y las preocupaciones.
  • Tres baterías de repuesto por si el cargador del móvil o el ordenador falla.
  • Todos los deberes de los niños y más. No hay que sobrecargarlos, dejémoslos disfrutar la infancia y la época estival.

Gestionando posibles rabietas

Puede que tus hijos se nieguen a hacer las maletas o puede que se desencadene una feroz rabieta cuando les digamos que no pueden llevarse ese juguete determinado. Es algo que sin duda puede ocurrir.

  • No desatiendas ninguna rabieta de tus hijos ni tampoco la amplifiques más aún recurriendo a los gritos, el mal humor y al «pues tú vas a hacer lo que yo te diga».
  • Deja que se expresen y atiéndelos, que digan en palabras lo que les molesta, es más, coge con tranquilidad el que te digan eso otro de «pues yo no voy». Una vez se hayan calmado, con acierto, paciencia y afectuosidad, explícales todo lo que van a poder hacer en el lugar de vacaciones, lo que van a descubrir. Si no desean atenderte, podemos cambiar de actividad para dejar de reforzar una situación con demasiada ansiedad.

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Volveremos a ella después, con más calma, con nuevas perspectivas. El estado emocional de un niño puede cambiar mucho de una hora a otra, así que tal y como te hemos sugerido al inicio, la clave está en preparar las maletas con tiempo, paciencia y fomentando en todo momento su responsabilidad.


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