Preservar la intimidad del adolescente

Adolescente se comunica a través del móvil con su círculo de amigos.

El joven se refugia en quien escucha todos sus problemas sin juzgar y le comprende mejor que nadie porque también lo vive.

A la mayoría de los padres les aterra que sus hijos lleguen a la etapa de la adolescencia. Para toda la familia el cambio es muy grande. La necesidad de intimidad del adolescente probablemente no llegue a obtener la importancia y respeto que debiese. A continuación vamos a conocer la necesidad de preservar la intimidad del joven en esa etapa.

Hijos adolescentes

Tener hijos adolescentes puede resultar parcialmente desconcertante para los padres. Ambas partes, tanto padres como hijos, temen ciertas reacciones y llegar al distanciamiento. La solución no es ignorarse, disminuir el diálogo o dejar una libertad descontrolada. La comunicación y confianza son la base para el entendimiento y el respeto. Todas las personas necesitan su parcela de intimidad y eso no implica que no se quiera a las personas que están cerca. La tarea más correcta del padre es preservar esa intimidad y no agobiarle con aspectos que realmente le angustian a él y no al hijo.

En sus primeros años el niño caminaba de la mano del padre, se resguardaba entre las piernas de la madre y pidiendo consejo a cada instante. Después se produce la evolución, el desarrollo y llega la necesidad de más independencia y autonomía. El joven se siente más atraído por otras cosas, otros temas, ocio…, y demanda poder tener su espacio para hablar con sus amigos. Para ellos es importante hablar sin tapujos de sexo, de sus gustos, sus miedos o inseguridades.

La adolescencia

Dos jóvenes comparten confidencias en un entorno alejado de la ciudad.

En la etapa de la adolescencia, el joven se siente más atraído por otros temas, ocio…, y demanda poder tener su espacio y reafirmarse ante sus allegados, sin que su intimidad se vea coartada.

El adolescente en esa etapa, alrededor de los 14 años, ve como sus aliados y grupo de iguales a sus amigos, a quienes ve con frecuencia y con los que tiene conversaciones sinceras. Uno puede desahogarse con un amigo, llorar o quejarse por la incomprensión y discusiones que le afectan en casa, por sentimientos encontrados típicos de la edad y la revolución hormonal. El joven se refugia en quien escucha todos sus problemas sin juzgar y le comprende mejor que nadie porque también lo vive.

No resulta extraño demandar momentos de soledad como guarida donde sentirse seguro para el proceso de búsqueda y evolución personal. Esto no abarcaría solamente el espacio físico de la habitación del joven. Los momentos de ocio con los amigos, las charlas interminables por teléfono o el contacto en redes sociales , también le dan estabilidad. Todo forma parte de la parcela íntima del púber. Es por esto que tanto la decoración de la habitación como su vestimenta irán acorde con lo que en ese momento le satisfaga. Como padres lo más adecuado y conciliador es respetarlo, preservar su intimidad y no generar conflictos innecesarios.

La intimidad del adolescente

En la época de la adolescencia uno busca encontrarse, averiguar quién es, qué le gusta hacer, sus ideales, preferencias a la hora de vestir o seguir a algún grupo musical… En esa edad uno mira a su entorno y necesita destacar o decantarse por algún grupo, es decir, definirse, encontrar su identidad. Llamar a la puerta de la habitación del hijo antes de entrar o no rebuscar entre sus cosas, son actos que le harán sentirse amado y aceptado en su momento vital.

Como padres resulta preferible mantenerse firme en las reglas de casa para lograr una convivencia idónea para todos los miembros de la familia. Lo que debe imperar es la tolerancia, empatía, comprensión y confianza. El diálogo fija las buenas relaciones. Deben evitarse la imposición y las peleas,ya que se llegará a ningún lado, solamente se crearán enemigos. Como padres es un buen ejercicio pensar en la propia adolescencia y descubrir qué puntos suponían más desasosiego y comprender así la postura del hijo. Si se actúa del modo adecuado y tranquilo, el joven se sentirá más seguro de sí mismo para descubrirse tal cual es.


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