Aunque la mononucleosis no se produce principalmente en niños, el porcentaje afectado merece de un adecuado diagnóstico, y ante esto, de la más estricta y trabajada prevención, que dependerá básicamente de padres y profesores. A continuación vamos a conocer aspectos esenciales para prevenir esta enfermedad.
¿Qué es la mononucleosis?
La mononucleosis o enfermedad del beso es una enfermedad de tipo vírico, que causa malestar y suele durar varias semanas . La sintomatología es similar a una gripe convencional, no obstante, no abarca tanto nivel de afectación del organismo. El órgano dónde se encuentra el foco de la problemática es el cuello. Los ganglios linfáticos y la garganta se ven dañados, con inflamación, y la persona sufre de agotamiento y una alta subida de temperatura. Ante estos síntomas no hay que esperar y avisar al pediatra.
Esta enfermedad se transmite a través de la saliva, pero de un claro contacto. Otras vías de infección son por transfusiones de sangre o en el parto, aunque esta última es poco habitual. Hoy en día no existe vacuna alguna para hacer frente a este mal. En los niños no es muy habitual, y quienes la padezcan suelen no evidenciar síntomas o casi insignificantes. A quienes más afecta es a adolescentes de 14 a 17 años.
Síntomas y prevención
Un niño con mononucleosis se sentirá decaído, con dolor de garganta, molestias en las articulaciones y el abdomen, con posibilidad de conjuntivitis y otros síntomas. La principal vía preventiva ante esta enfermedad es no tener contacto mediante la saliva con una persona que esté infectada, o bien tocar utensilios que hayan sido utilizados por ellos.
Deben tener sumo cuidado mujeres embarazadas y personas bajas de defensas por enfermedad u otros motivos. La recomendación para los niños es que extremen las precauciones a la hora de jugar con otros niños e ir a lugares donde hay más amigos, bien el colegio, el parque…, principalmente en la fase inicial de la infección. También es importante lavarse las manos varias veces y mantener una higiene adecuada.