Muchas mujeres sufren del sangrado de encías durante el embarazo. En la mayoría de los casos ha sido derivado a un problema que ya se presentaba antes de la gestación y se acrecienta llegando a este estado. No obstante, este contratiempo se puede llegar a agravar mucho más, ya que las hormonas pueden jugar un papel importante para su empeoramiento.
Para otras mujeres el sangrado de encías comienza con el embarazo, dónde nunca antes han tenido que suplir con este problema. Una vez se siente esta afección puede que no se solvente nada más que en sangrados mínimos. Pero el problema está en que puede derivar a mucho más y afectar a los tejidos que sujetan los dientes. Como medida preventiva es conveniente consultar a un odontólogo para una valoración y posible tratamiento.
¿Cómo se presenta un sangrado de encías?
La gingivitis suele presentarse en muchas personas, pero las mujeres embarazadas tienen más predisposición a padecerla. Es la llamada gingivitis gestacional ocasionada por la hormonas que se segregan con el embarazo.
El sangrado suele producirse principalmente cuando se hace una pequeña presión sobre la encía. Se observa este fenómeno sobre todo cuando se está cepillando los dientes. En muchos de los casos incluso cuando se está comiendo también aparece el sangrado o por un leve golpe o roce en los labios. Se observará que las encías están enrojecidas e inflamadas e incluso una pequeña presión con los dedos puede provocar el sangrado.
Esta afección puede derivar a tener la encía demasiado sensible y debilitada, por lo que se notará que los dientes se mueven. Es de vital importancia este punto y que sea revisado por un especialista, ya que puede estar afectado el hueso. En otros casos se puede percibir un absceso o bulto sobre la encía que en la mayoría de los casos desaparece después del embarazo, pero no obstante hay que hacer un chequeo.
Tratamiento para el sangrado de las encías
Hay que atajar lo antes posible el sangrado de las encías y para ello es conveniente limpiar bien los dientes después de cada comida, o al menos dos veces al día. Incluso después del cepillado se ha de pasar el hilo dental para que no queden restos de comida.
El cepillo que se ha de utilizar no debe de ser gran dureza sino más bien suave y con los filamentos rectos, con un tamaño adecuado para que llegue a todos los rincones de la boca. El cepillado tiene que hacerse girando el cepillo en un ángulo de 45° hacia las encías y hacer una pequeña presión hacia delante y atrás con cortitos movimientos.
No hay que olvidar de limpiar la parte de atrás de los dientes, sobre todo de los frontales. Colocaremos el cepillo de forma vertical y lo moveremos de arriba hacia abajo. Tampoco se debe descuidar la limpieza de la lengua, para eliminar completamente cualquier resto de comida.
La pasta dentífrica que se ha de utilizar debe ser especial para embarazadas con un tratamiento para la inflamación de encías y el sangrado producido por gingivitis. No hay que olvidar que el cepillo hay que renovarle cada tres o cuatro meses dado a que sus filamentos se desgastan.
Durante la gestación hay que seguir con las visitas al odontólogo y mantener una alimentación equilibrada. Así mismo, es importante evitar el consumo de alcohol y tabaco. Sabemos que su consumo daña gravemente la salud del bebé, pero además empeoran mucho más el estado de las encías.
No hay que olvidar que estos pasos son primordiales para mantener las encías en su perfecto estado. Muchos de los microorganismos que causan la caries también se alojan dentro de las encías provocando dicho problema, de ahí que sea de vital importancia seguir una buena higiene bucodental. Puedes leer mucho más sobre la salud bucodental en “cómo cuidar de los dientes durante el embarazo” o “cuidados para evitar el dolor de muelas”.