La vida de pareja cambia totalmente después de tener un hijo y a menudo es normal sufrir problemas que antes no existían. De hecho, durante los dos primos años de vida del hijo, es cuando más se acusan esos problemas y más parejas terminan por romper la relación. Para evitarlo, es fundamental tener en cuenta cuestiones como el respeto, la comprensión o el reparto de tareas.
Estas diferencias aparecen ante el cambio de roles en la pareja. Cuando antes cada uno contaba con su propio espacio, ahora el tiempo y dedicación es exclusivamente para el bebé. Y esto afecta tanto al padre como a la madre, aunque de forma diferente. Para la madre, el principal problema proviene del exceso de responsabilidad, la ausencia de descanso y la falta de tiempo. El padre en cambio, se siente desplazado y fuera de lugar. Todo ello sumado a la revolución hormonal, puede convertirse en una bomba de relojería.
¿Por qué aparecen problemas de pareja después de tener un hijo?
Son muchas las cuestiones que ponen en desacuerdo a las parejas con la llegada de los hijos. Aparecen situaciones que antes como es natural no se daban. Cuestiones como la forma de querer educar a los hijos, métodos de crianza o el simple reparto de tareas, son las principales razones que llevan a una pareja bien avenida, a tener nuevos problemas que antes no existían.
En muchos casos la situación podría mejorar con tan solo mantener una sincera conversación, aprender a respetar los tiempos y necesidades de la otra persona y colaborar en las tareas y nuevo reparto de obligaciones con respecto al hijo. Sin embargo, muchas personas no son capaces de llegar a ese punto de comprensión. Y no es solo una cuestión femenina, con toda lógica ya que es la mujer la que sufre el desajuste hormonal realmente brutal. Para muchos hombres, es difícil asumir que estar al cuidado de los hijos, es quizá el trabajo más duro existente.
Pautas para mejorar la relación tras la llegada de los hijos
El primer paso para llegar a un entendimiento y empezar a solucionar los problemas, es querer hacerlo. Tener la capacidad de sentarse a escuchar lo que tu pareja tiene que decir, escuchar sus necesidades sin recibirlas como una recriminación. Estas son otras pautas que puedes plantear para comenzar a mejorar la relación de pareja.
- Evita los gritos y las discusiones fuera de tono. El primer paso para terminar con el amor es la falta de respeto, en cualquiera de sus versiones. No dejes que el cansancio o el desencuentro con tu pareja te haga olvidar todo lo que os unió.
- Busca ayuda externa que os permita tener tiempo en pareja. Porque la falta de tiempo para los dos aumenta la sensación de que ya no tenéis nada en común. Es complejo delegar el cuidado de los hijos, porque una tiene la falsa creencia de que como madre debe anteponer a los hijos por encima de todo. Pero ser madre no elimina tu individualidad, delega y disfruta de tu tiempo en soledad y también en pareja.
- Practica la empatía y ponte en los zapatos de tu pareja. Es posible que todo lo que te hace estar mal con tu pareja no sea más que una consecuencia de la falta de empatía. Algo natural y habitual, porque lo normal es pensar en lo que le afecta a uno mismo sin tener en cuenta lo que le pasa al otro. Estás cansada, no duermes lo suficiente, no tienes tiempo para hacer lo que te gusta o no compartes la forma de educar a los hijos con tu pareja. Son situaciones complejas que se deben trabajar para mejorar, pero no tienen por qué ser el motivo de una ruptura de la familia.
Los hijos deben ser un nexo de unión de las parejas, el resultado del amor entre dos personas. Por ello, nunca deberían ser el motivo de la separación de una pareja. Es posible que las diferencias sean numerosas, pero con amor, cariño, empatía y comprensión, es posible llegar a un entendimiento. No olvides que además, puedes recurrir a los servicios de un especialista en parejas que os podrá ayudar a solucionar los problemas de pareja después de los hijos.