Hace pocos años, cuando a un niño le preguntabas que quería ser de mayor, te respondía que quería ser futbolista, periodista o médico. También los niños utilizaban la profesión de sus padres, para verse reflejados en el futuro. Ya que no todas las personas, tenemos clara la vocación laboral desde pequeños.
Hoy en día vivimos una revolución cibernética, que ha cambiado la forma de vivir el mundo a pasos agigantados. Estamos viviendo una década, en la que las redes sociales han invadido nuestra vida. Quién más y quién menos tiene un perfil en una red social.
Hace unos pocos años aparecía en nuestra vida Youtube, una red social donde se podían ver vídeos. Al principio esos vídeos eran musicales y vídeos de humor. Pero de repente, se convirtió en una plataforma, donde miles de personas daban su trabajo a conocer.
Cantantes que muestran sus virtudes al micrófono, músicos e incluso actores, exponían su valía al mundo de forma gratuita. Pero de la noche a la mañana, se puso de moda publicar tutoriales de todo tipo.
En Youtube lo mismo puedes encontrar un tutorial de costura, que uno de maquillaje, que puedes ver un joven jugando a un videojuego durante horas. Lo curioso llega cuando esto se convierte en un modo de vida. A través de las plataformas digitales, se puede obtener un beneficio económico.
Y es aquí donde surge el problema. En pocos años, miles de jóvenes de todo el mundo tienen como objetivo, trabajar en redes sociales. Es fácil ver a niñas y niños con muy poca edad, utilizando sus teléfonos móviles para hacerse fotografías, que sin ningún control adornarán sus perfiles.
Y la cuestión no es debatir, si las redes sociales son un medio de ganarse la vida o no. El debate surge cuando miles de adolescentes eligen ese medio de vida, en lugar de elegir unos estudios, para formarse en una profesión.
Mamá quiero ser youtuber
Nuestros hijos tienen acceso a las redes sociales, a plataformas digitales donde ven como chicos y chicas de su edad, ganan dinero aparentemente de forma fácil. Es lógico que puedan pensar por lo tanto, que se trata de una profesión, un trabajo.
Pero en nuestro papel como padres y madres está la necesidad de hacer comprender a nuestros hijos, la inestabilidad que puede acarrear una red social. Porque es cierto que se puede obtener un beneficio económico, pero también es cierto que es muy difícil, muy sacrificado y muy inestable.
Y todo eso los niños deben conocerlo. Porque para un joven es normal, pensar que se va a comer el mundo digital. La vida que nos muestran las chicas y chicos, que inundan las redes sociales, hace que parezca una vida de ensueño.
Eventos y fiestas cada poco tiempo, productos de todo tipo gratuitos, miles de chavales que les alaban y les envidian. Es un mundo irreal para un adulto, pero un mundo de fantasía para un chaval que está comenzando a vivir.
Controla los sueños de tus hijos
No está mal que un niño o una niña tengan expectativas e ilusiones, pero en nuestra mano está, que esas ilusiones sean realistas. Las nuevas profesiones y formas de ganar dinero, están recién nacidas. No tenemos la seguridad de que, de aquí a unos pocos años, no hayan desaparecido de la misma forma que llegaron.
Muestra esa realidad a tus hijos. Los niños necesitan ver y comprender el por qué de tus negativas. Porque si te limitas a una prohibición, solo conseguirás que les cree más curiosidad.
Puedes encontrar mucha información real, sobre las plataformas digitales. De esta forma, podrás mostrar a tus hijos cómo es la realidad de estos chicos y chicas, que dedican todos sus esfuerzos a ser famosos cibernéticamente.
Millones de chavales lo intentan, pero pocos son en el mundo los que consiguen vivir exclusivamente de internet. Si tus hijos lo pueden ver, será más fácil que lo entiendan.
Por lo tanto, aconseja a tus hijos. Guía su camino laboral, de forma que tengan todas las posibilidades en su mano. Si realmente quieren buscar un hueco en internet, que lo hagan como ocio, nunca como una forma de vida. Al menos si no lo consiguen, no tendrán que sufrir la frustración.
Y tú, ¿cómo actuarias si tu hijo o hija te dijera, mamá, quiero ser youtuber?