Sí, también hay profesores intolerantes e irrespetuosos en las aulas

No han pasado muchos días de la absurda y dañina campaña del grupo Hazte Oír contra los niños y niñas transexuales. Pero parece ser que la intolerancia humana ha llegado a un centro educativo de Leon. Y no por parte de los alumnos sino de un profesor. Un profesor de religión le dijo a un estudiante gay que tenía una enfermedad incurable y que le daba muchísima pena. «Ojalá vuelvas a ser normal» fue una de las frases estrellas que le expresó el docente al alumno.

Siento mucho si os ofende esta pregunta, pero, ¿qué clase de profesores tenemos en los centros educativos? Sí, ya sé que hay profesores de corazón y que son muchos los que sienten pasión por la enseñanza, pero, ¿no se debería hacer algo con los docentes que ni siquiera han aprendido a ser personas?

Profesores con valores en todas las aulas

Está claro que no se puede fomentar la educación en valores si algunos profesores de los centros educativos no los tienen. ¿Cómo van a favorecer la tolerancia, el respeto y la no discriminación en las aulas si ellos son contrarios a esos valores? Por eso y como siempre digo, los colegios e institutos necesitan profesores que no se queden simplemente en la transmisión de conocimientos.

Para mí, aprender a ser personas es uno de los objetivos más importantes de la educación. Y los valores como la tolerancia y el respeto deberían ser claves en las aulas para que se de un buen clima escolar. Es importante que los profesores propongan actividades y debates a los estudiantes para favorecer el compañerismo, el no rechazo y el apoyo mutuo.

Abuso de poder docente con los estudiantes

Por mucho que me cueste decirlo, hay profesores que abusan de su poder con algunos estudiantes (y a veces incluso con toda la clase). Creen tener una excesiva autoridad. Y  en algunas ocasiones humillan a alumnos, se ríen de ellos y les provocan un malestar continuo. Cuando yo estudiaba educación primaria fueron bastantes profesores los que me ridiculizaron en el aula. Y en la actualidad (aunque en menor medida) se siguen dando los mismos casos.

Que un profesor diga a un alumno gay que tiene una enfermedad y que ojalá vuelva pronto a la normalidad es ofensivo. Y no solo ofensivo sino que genera el rechazo, la discriminación y el odio entre los demás compañeros. La humillación hacia los estudiantes es un caso claro de abuso de poder. Y se da en más situaciones de las que pensamos.

¿Cómo es posible que estas personas sean profesores?

Os reconozco que he llegado a pensar si poner personas entre comillas. En cuanto a la pregunta, no tengo una respuesta concreta. Lo que sí sé es que prácticamente todo el mundo puede trabajar en un centro educativo. No hay ningún tipo de evaluación a los docentes. Es decir, sí que aprueban un grado y sí que aprueban las oposiciones. Pero eso no indica que uno esté preparado para ser profesor.

Es el caso del profesor de religión que imparte la clase en un instituto de León. Todavía sigue trabajando en el centro educativo (aunque la Consejería de Educación de Leon ya ha abierto una investigación). Y eso no es lo peor. Lo peor de todo es que según varios alumnos el docente decía comentarios machistas y ofensivos en el aula en bastantes ocasiones. ¿Por qué alguien así sigue dando clases en un instituto? Es todo un misterio.

Profesores que sean agentes del cambio

Necesitamos a profesores que cambien la educación. Profesores con valores, buenas personas y que crean que su labor va más allá de la transmisión de conocimientos. Docentes que sean ejemplo para los estudiantes y que fomenten el respeto, la tolerancia y la solidaridad en las clases. Profesores que sean capaces de abrir mentes (y no de cerrarlas).


Docentes que no rechacen a los alumnos (bajo ningún concepto) y que generen vínculos de compañerismo entre los alumnos y no lo contrario. Profesores que luchen contra el acoso escolar y no que lo favorezcan. Docentes que no se olviden de que aprender a ser personas también es importante en las aulas. Y profesores que fomente la diversidad y la igualdad en sus clases.

Ahora bien, ¿creéis que todos los profesores son así? ¿Creéis que todos los docentes que trabajan en centros educativos deberían hacerlo? Espero que os hagan reflexionar las preguntas. Ojalá que algún día todas las aulas estén llenas de profesores de corazón. Y ojalá que lo tener buenos maestros en clase sea lo habitual y no cosa del azar.


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