Existen muchas creencias populares sobre cómo debe tratarse la gastroenteritis, un problema estomacal que a menudo padecen los niños pequeños. A menudo se tiende a pensar que se debe cambiar la alimentación y la comida del niño se limita a alimentos astringentes. Sin embargo, lo que dicen los especialistas es que si el niño no vomita, tan solo es necesario optar por un tipo de alimentación más suave.
Es decir, basta con eliminar los alimentos grasos, los fritos y los productos con exceso de azúcares y grasas. Y en ningún caso la dieta blanda se debe alargar durante muchos días, puesto que se corre el riesgo de que la diarrea se vuelva crónica. En cambio, regular la alimentación del niño de forma paulatina, de forma que su dieta vuelva a la normalidad lo antes posible, ayuda a que la recuperación sea más rápida.
¿Qué puede tomar un niño con gastroenteritis?
Si el niño es pequeño pero ya come de todo, en cuanto recupere las ganas de comer y no tenga molestias en el estómago ya puedes darle alimentos de fácil digestión. Por ejemplo, puedes darle patatas hervidas, pasta, pescado, verduras, frutas, cereales o lácteos. Eso sí, poco a poco y en pequeñas cantidades, sin forzar al niño a comer más de lo que le quiera o pueda.
En lugar de darle mucha cantidad de comida de una sola vez, es preferible que realice muchas pequeñas tomas a lo largo de todo el día. De esta forma, su estómago podrá digerir mejor los alimentos y el niño se recuperará de la gastroenteritis mucho más rápido. También es esencial vigilar la hidratación del pequeño, ya que existe un grave riesgo de que la diarrea derive en una deshidratación.
En la farmacia puedes encontrar bricks de suero con sabor, ya preparados para el consumo del pequeño y con una dosis de probióticos incorporados en la cañita. Pueden tomar uno de estos envases al día, en pequeños sorbos y cuando le vaya apeteciendo. Procura que tome bastante agua, preferiblemente embotellada al menos mientras dure la diarrea. Y en el caso de que la diarrea se prolongue durante más de 2 o 3 días, acude al pediatra para que pueda valorar la situación a la mayor brevedad.