La digestión es una parte fundamental en la supervivencia del ser humano. Mediante este proceso las personas podemos reemplazar dentro de nuestro organismo los nutrientes de los alimentos por otras sustancias beneficiosas para mantenernos vivos. Pero esto no ocurre sólo en las personas, son muchos los animales y plantas que desarrollan esta función para poder sobrevivir.
Hay dos tipos de organismos que emplean diversas funciones para poder alimentarse y obtener energía. Están los organismos heterótrofos, los cuales dependerán de suministrarse de materia prima para poder mantenerse, crecer y funcionar. Los organismos autótrofos (son las plantas y organismos fotosintéticos) captarán su energía a través de la luz, la cual la transformarán en energía química.
¿Qué es la digestión en las personas?
Cómo teoría principal, la digestión es la trasformación de los alimentos por hidrólosis, los cuales se convertirán en pequeñas sustancias llamadas nutrientes. Estas sustancias atravesarán la membrana plasmática por una reacción química dónde será ayudado por unas enzimas. Este proceso sucede principalmente en el estómago, aunque son muchos otros los órganos que forman parte del aparato digestivo.
Los órganos básicos para que se produzca esta digestión son: la boca, la lengua, la faringe, el esófago, el estómago, el hígado, el páncreas, el intestino delgado y grueso, el recto y el ano.
En esta transformación de los alimentos en sustancias, la digestión se encarga de separar los nutrientes de las toxinas y de los elementos residuales. Después el organismo se encargará de distribuir estos nutrientes por el resto del organismo y así será transformado en energía, algo vital para la subsistencia. Las toxinas y los residuos que no sean favorables serán encargados de ser expulsados.
¿Por qué es importante la digestión?
Porque es algo vital para nuestro desarrollo y supervivencia. Con la ingesta de los alimetos estamos ingiriendo nutrientes como proteínas, vitaminas, grasas, carbohidratos, minerales y agua. Son componentes esenciales para sobrevivir, crecer reparar nuestro cuerpo y tener energía.
Paso a paso sobre la digestión:
La ingestión
La digestión comienza en la boca: introducimos los alimentos dentro de la boca y realizamos una acción mecánica que consiste en masticar y descomponer los alimentos con la ayuda de los molares y las glándulas salivales. Se produce lo que se llama el bolo que con la acción de tragar pasará a través de la faringe y de ahí hasta el esófago.
En el esófago el bolo alimenticio será empujado hacia el estómago gracias a unos movimientos (los perisálticos), aquí es donde se producirá el principal paso de la digestión.
La digestión
En el estómago es dónde se produce esta actividad. Mediante movimientos musculares se segregarán jugos gástricos que hará que el bolo se deshaga y es cuando lo transforma en quimo.
En este proceso de segregar enzimas participan las glándulas digestivas: el hígado y el páncreas, los cuales se encargarán de ayudar a descomponer los alimentos.
La absorción
En esta etapa, el quimo, la bilis y los jugos digestivos llegan hasta el intestino delgado y es cuando se produce la transformación en nutrientes. En este momento es cuando podemos hablar de la digestión química, y es cuando todos estos elementos están haciendo su proceso para que el quimo rompa todos los enlaces intermoleculares.
La egestión
Es la parte final de la digestión y es dónde participa el intestino grueso. Se trata de un proceso dónde se van a eliminar las toxinas y residuos que el cuerpo no necesita. Es todo aquello que no se ha absorbido por el intestino delgado y se ha transformado en nutriente. Estos deshechos son transformados en heces, recorren el recto y son expulsados por el ano. En este punto es cuando hablamos de evacuación o defecación.