Una alimentación no saludable es aquella que se compone de productos procesados, no naturales. En el caso de los niños, los riesgos de que su alimentación no sea saludable son numerosos. Su desarrollo físico y mental depende de los nutrientes que consumen y si su dieta no es variada, equilibrada y saludable, dicho desarrollo estará comprometido.
A menudo se introducen productos en la dieta que no son buenos, que aunque tampoco son especialmente malos, no deberían formar parte de la alimentación. Tanto en la dieta de los niños, como en la de los adultos, pero más importante es aún cuando se trata del crecimiento y desarrollo de los pequeños. Por ello, vamos a ver cuáles son esos productos y definir qué es una alimentación no saludable.
Alimentación no saludable
Aunque parece algo obvio, existen muchas dudas en cuanto a lo que es una alimentación no saludable. Y es más que evidente cuando existe una incidencia muy elevada de niños con sobrepeso y problemas de salud derivados de una alimentación deficiente. A menudo se introducen en la dieta alimentos que pueden parecer nutritivos, pero que no lo son y además aportan sustancias poco favorables para la salud.
Productos que son procesados, que tienen un proceso de fabricación que supone añadir conservantes, sustancias potenciadoras del sabor, colorantes y todo tipo de sustancias peligrosas para la salud. Tanto a corto como a largo plazo, y que además, se vuelven adictivas para los niños. Estos son alguno de los productos no saludables que se deben eliminar o limitar en la dieta familiar, especialmente en la de los niños.
La bollería industrial
Hace algunas décadas se puso de moda la bollería industrial, pasteles llenos de azúcar, conservantes y sustancias potenciadoras del sabor. Estos productos se convirtieron en habituales en la dieta de los niños de la época y a día de hoy todavía aún se conserva como algo normal. Muchos niños comen cada día bollería y eso, supone un importante riesgo para su salud.
La comida rápida
Cuando hablamos de comida rápida nos referimos a la que se prepara en cadenas de restaurantes que sirven comida en apenas unos minutos. Para que eso sea posible, los productos deben estar ultraprocesados, porque de lo contrario necesitarían más tiempo para servir el alimento. Este tipo de productos está repleto de grasas saturadas y por ello no resultan saludables. Pero puedes prepararla en casa tú misma para transformarlo en algo adecuado para la dieta familiar.
Snacks de bolsa y aperitivos salados
Hay algo adictivo en una bolsa de patatas fritas, y no es ni más ni menos que los aditivos que contienen. Estos productos contienen sustancias que potencian los sabores, están ricos y son fáciles de comer. Por ello se vuelven adictivos, no sabes qué cantidad estás comiendo y es fácil perder el control. Si quieres tomar un aperitivo salado, es mejor optar por frutos secos tostados o hacer en casa unas patatas fritas en el horno.
Los precocinados
Tener productos precocinados en el horno es una solución para los días que no tenemos tiempo para hacer una comida nutritiva y saludable. Ahora bien, lo es, cuando se trata de algo ocasional y que se utiliza como recurso de última hora, no como algo habitual. Los congelados en su mayoría contienen grandes cantidades de grasas saturadas y se deben cocinar en aceite, que añade más grasa. Por ello, los precocinados no son alimentación saludable y no deben formar parte de la dieta familiar.
Una dieta saludable es aquella que se compone en su gran mayoría de productos naturales. Las frutas, las verduras, carne de todo tipo, pescados, lácteos y derivados, huevos, legumbres, cereales. En definitiva, alimentos de todos los grupos que tengan algún aporte nutricional. Si el producto no aporta ningún nutriente, por definición no es saludable.
Ahora bien, para lograr un equilibrio también hay que darse ciertas licencias y permitirse ciertos caprichos de forma ocasional. Sin hacer restricciones excesivas, es posible llevar una alimentación saludable que incluya productos poco favorables de vez en cuando.