Las separaciones y divorcios nunca son sencillas y menos cuando hay niños de por medio. En los mejores casos, los padres logran conservar un vínculo de armonía a pesar de la distancia, hecho que influencia de manera positiva en los peques, que pueden mantener una idea de familia -diferente quizás-pero familia al fin. En otros casos, el diálogo se vuelve imposible y sólo hay silencio o, lo que es peor, padres que ponen jaque el vínculo con alguno de los progenitores. ¿Qué hacer cuando te ponen a tu hijo en contra?
No es una pregunta de fácil respuesta ya que para superar esta situación hace falta realizar un profundo proceso de desarrollo personal y en relación a la ex pareja. Esto con la intención de lograr una comunicación asertiva en beneficio de los niños. No siempre es algo fácil, muchos rencores, sentimientos y reclamos se entremezclan en esta ecuación de difícil solución.
Hijos en el medio, hijos en contra
¿Cómo sobrellevar la idea de que nuestro hijo no confíe en quienes somos? ¿Qué hacer cuando te ponen a tu hijo en contra y no encuentras la manera de superar la distancia? Para que esto ocurra, el escenario debe tener una composición compleja que dará lugar a semejante situación. Esto no es algo que sucede de la noche a la mañana, en especial si ambos progenitores han mantenido un vínculo estrecho con sus hijos hasta el momento de la separación.
Pero es claro que no hay garantías luego de una separación, en especial si ésta se desarrolla en malos términos. En estos casos sucede que para algunos padres los hijos se transforman en un motín de guerra. A través de ellos sólo buscan dañar a la otra parte, perdiendo así todo tipo de límites, propios y ajenos. En estos casos, los niños son las grandes víctimas de la historia, seres inocentes que tienen el derecho de tener un vínculo con cada uno de sus progenitores, derecho a ser cuidados y a pasar tiempo con ellos.
Pero en muchas familias, esta escena ideal no sucede. Hay padres que buscan dañar al otro progenitor alejando emocionalmente a los niños de ellos, contándoles versiones distorcionadas de la realidad. O bien la propia interpretación de algún sucesos. Esto es algo muy frecuente, los niños quedan en medio de las versiones de los padres sin conocer la verdad y como intermediarios de un conflicto de adultos del que no deberían formar parte.
Comunicación asertiva
No es una tarea fácil la de encontrar la luz al final del túnel. El contexto puede volverse muy difícil en algunos casos, en especial cuando se trata de niños de corta edad. Los peques pueden manifestar lo que escuchan por parte de uno de sus progenitores negándose a pasar tiempo con el otro o no confiando en su palabra. En los casos más extremos manifiestan no querer permanecer en su hogar o bien los desafían en todo momento.
Para los padres cuyos hijos se ponen en contra es difícil mantener la calma, sin embargo esto es clave para lograr buenos resultados. Sobre todo, para preservar a los niños. Un gran consejo es nunca perder el foco de que el cuidado debe ser de los padres hacia los niños. Éstos no deben estar en el medio de las versiones sino que el padre más receptivo tendrá la responsabilidad de poner paños fríos y tolerar los enojos o palabras del niño para habilitar las emociones de los niños y ayudarlos a transitarlas sabiendo que hay otra verdad pero sin decirlo de manera explícita. En ocasiones, los gestos hablan más que las palabras, es común que los niños que son cobijados, cuidados y escuchados, es decir que son alojados emocionalmente, poco a poco puedan comenzar a observar y sacar sus propias conclusiones.
En los casos más extremos y si habéis intentado la comunicación asertiva en todas sus formas, podéis realizar una consulta con un abogado de familia para que os asesore acerca de la mejor forma de proceder, siempre buscando el bienestar supremo de los menores.