Los bebés a los 4 meses generalmente están todavía con la toma de leche, ya sea materna o de fórmula. Hay que estar alerta en el momento que necesita comer y cuándo son sus tomas para acudir a tiempo. Pero aún sabiendo que este es el único alimento que necesita, ¿qué puede hacer si me bebé de 4 meses no quiere comer?
La alimentación del bebé puede ser siempre el lema de la preocupación de los padres. Si la madre es la que alimenta con el pecho puede ser un momento de inquietud si se llega a desconocer si está bien alimentado. No obstante, siempre que el niño alcance su peso y altura correctamente, es porque todo funciona correctamente.
Dudas cuando tu bebé de 4 meses no quiere comer
Son muchas las dudas que pueden abordar y sin embargo hay que dejar claro que un bebé que no le apetece comer suele ser un caso muy excepcional. Los niños interpretan sus ganas de comer o su momento de saciedad casi de forma intuitiva y desde que nacen.
Que rompan de forma repentina sus ganas de alimentarse cuando apenas desconocen otro tipo de alimentos suele ser algo inusual, pero sí puede ser un hecho que ocurra de forma puntual.
Cuando se les ofrece la toma, ya sea de pecho o por el biberón porque están llorando y después no quieren comer, quizás no sea eso lo que estaban reclamando. El bebé puede que esté agitado porque necesita que le cojan en brazos o porque esté incómodo con el pañal.
Si una madre está preocupada porque el bebé cada vez hace las tomas más cortas, no tiene que ser sinónimo de preocupación ya que tiene su explicación. Los bebés según van creciendo tienen más fuerza de succión y hacen que sus tomas sean mucho más efectivas y cortas en el tiempo. De esta forma nos puede dar la sensación de que no comen como antes, pero en realidad sí que lo hacen.
No obstante, para conocer con exactitud si un bebé se está alimentando correctamente habría que tomar como referencia todas las revisiones de pediatría. El médico es quien toma las medidas y crea las pautas en alimentación para que el niño se desarrolle con total normalidad. Dentro de sus revisiones está controlado su avance, si el niño no lo alcanza es porque no se está alimentando correctamente.
Otros problemas algo más serios y que se nos escapan a lo descrito es cuando el niño puede presentar alguna intolerancia a la lactosa y dónde le puede producir molestos dolores intestinales.
Otro de los casos que se pueden presentar es cuando existe el reflujo ácido y es cuando el pequeño crea suficiente ácido en su estómago produciéndole molestos dolores estomacales y pocas ganas de comer.
Consejos para que el niño quiera comer
Hay que mantener la calma y esperar a que las tomas se regularicen cuando las necesite. Tampoco hay que esperar a que el bebé tenga hambre hasta el último momento. También necesitan ser receptivos cuando se les ofrece y no crear a niños que con el tiempo puedan volverse exigentes o ansiosos con la comida.
Hay que dejar que la alimentación tanto con el pecho, con el biberón o cuando le vayas a introducir los cereales y los sólidos, se convierta en una experiencia agradable. Si hay momentos de tensión, eso serán señales que el bebé absorbe y será algo que percibe negativamente.
Observa que el biberón siempre esté en su temperatura correcta (entre 35° y 36°) ya que los bebés pueden estar rechazando la leche por este motivo. Lo ideal es tomar la medida con algún tipo de termómetro y probar si esa es la causa.
Y como reflexión final no esperemos siempre tener una gran expectativa en que los niños vayan a comer en grandes cantidades para que crezcan sanos y saludables. No por eso hay que obligar o tener una respuesta a que deben de comer mucho, ya que cada bebé puede comer a su ritmo. Muchos padres encasillan a su hijo como que “come poco” cuando en realidad es lo que necesita. Insistimos que si el niño crece y se desarrolla perfectamente dentro de sus medidas, entonces todo será correcto.