En este artículo queremos tratar una situación complicada que a veces se produce en casa: cuando un niño o una niña comienza a insultar a sus padres. Puede ser una palabra malsonante que haya oído en casa, en el colegio o con los amigos y de la cual desconozca el significado, o bien una palabra de la que sea plenamente consciente del dolor que provoca. Ambas situaciones son diferentes y deben ser afrontadas de distinta manera.
Vamos a intentar darte algunas pautas sobre cómo comportarte antes los insultos de tu hijo, tanto hacia ti, como a sus hermanos, familiares u otros niños.
La intención del insulto
Sin quitarle importancia hay que ver cuál es la intención del niño al decirte la palabra malsonante. Si lo dice de manera aislada y sin animadversión sería lógico pensar que lo ha escuchado en algún contexto. Los padres debemos ser los primeros en moderar y cuidar nuestro vocabulario, porque como hemos dicho tantas veces, los niños aprenden por imitación.
Hay una etapa (más o menos) alrededor de los 4 años que los niños dicen tacos. Es una manera de demostrarse a sí mismo, y a los demás que ya no son niños pequeños. En esos casos lo mejor es ignorarlos, no reírles la gracia, para que no refuercen esta actitud. A veces lo que quieren es llamar nuestra atención, porque saben que les vamos a regañar. Lo importante es explicarles que con los insultos pueden herir los sentimientos de otra persona.
Si nuestro hijo o hija está enfadado y en una rabieta comienza a insultarnos, significa que forma parte de su expresividad. Lo que hay que hacer es enseñarle a canalizar ese enfado y entender que no siempre puede conseguir lo que quiere.
No olvides que por lo general, a partir de los 7 años, sobre todo, cuando un niño nos insulta lo que trata de hacer es tener el control o sentirse poderoso ante una situación. Por ejemplo, cuanto más le dices “para ya”, o “¿cuántas veces tengo que repetirte que no digas eso? “su respuesta suele ser una mayor agresividad, gritos o incluso que se ría de ti.
Consejos
Algunas pautas que creemos que te pueden ayudar son por ejemplo: establecer límites, ser un modelo a seguir, darle tiempo al niño para que se calme… te lo explicamos con más detalle.
Establece unos límites claros y firmes a tus hijo, y hazlo con tus propias acciones. De nada sirve que no les permitas a ellos decir palabras malsonantes y entre vuestros amigos o cuando habláis por teléfono las utilicéis. Las normas que pongas en práctica deben ser específicas y comprensibles.
Si nosotros controlamos y conocemos nuestras emociones y hablamos de ellas con nuestros hijos, para ellos será más fácil expresarlas también. Recuerda que una de nuestras funciones como padres es que se sienta apoyado y comprendido en sus nuevas emociones. Ante una situación complicada de insultos, “no entres al trapo”. La mejor opción es mantener la calma y ser empáticos, para que se abandone el tono agresivo. De igual manera refuerza de manera positiva cuando no responde de manera agresiva, así le demostramos que valoramos lo que hace y su parte positiva.
Cuando tu hijo te empiece a insultar, está alterado. Ese no es el mejor momento para hablar con él lo ella. No te va a escuchar y mucho menos va a razonar. Dale un tiempo para que se relaje, y cuando esté más tranquilo, habla con él sobre lo que ha hecho, y esplícale por qué no está bien y el daño que ha podido hacer.
Cómo actuar si te insulta en público
Para muchos padres es una situación embarazosa y muy desagradable que nuestros hijos nos insulte, y más si lo hace en un entorno público. Nos sentimos que hemos fracasado y hecho algo mal. Recuerda, si tu hijo te insulta, no te sientas ofendido por la palabra o la expresión en sí, y analiza por qué te lo ha dicho. Cuál es el motivo de su rabia o de querer dejarte en ridículo.
Deja claro que no lo vas a dejar pasar, pero no lo reprimas en público. Mantente firme. Tu hijo sabrá que no se trata de un juego.
En este artículo tienes otros consejos sobre cómo afrontar la falta de respeto de tus hijos.