Desde el mismo momento del nacimiento, un bebé comienza a interactuar con el medio a través de todo lo que le rodea. A medida que el bebé va creciendo, va buscando la manera de relacionarse con su entorno, de conocer y descubrir las cosas que le rodean. De esta forma se va creando paulatinamente una relación entre el psiquismo y el movimiento.
Cuando se unen las funciones del psiquismo y el movimiento, lo que está teniendo lugar es la psicomotricidad. Esta es, la unión que surge de la actividad psíquica que se genera en el cerebro humano, con la capacidad de generar ese movimiento por el cuerpo. Un niño está constantemente desarrollando su psicomotricidad, de forma que llegada una edad, el niño tenga la capacidad de representar con su cuerpo las acciones que crea su cerebro.
La psicomotricidad está dividida en diferentes magnitudes
- Las emocionales: A través de la libertad para explorar y descubrir lo que hay en su entorno, el mundo en general, el niño desarrolla las capacidades emocionales.
- Las cognitivas: La capacidad de mover el cuerpo para llegar hasta algo que le llama la atención, permite que el niño desarrolle el proceso del pensamiento.
- Las sensitivas: Los sentidos permiten que el niño entre en constante contacto con el medio que le rodea, a través de los olores, de los ruidos que percibe o de lo que poco a poco percibe con su visión.
- Las madurativas: Que hacen referencia al desarrollo del sistema nervioso
- Las motrices: Que son las capacidades psicomotrices que hacen referencia al movimiento del cuerpo.
La importancia de las habilidades motrices
Seguramente habrás escuchado estos términos en más de una ocasión y quizá no sepas aún muy bien en que consiste. Por ello, queremos explicarte la importancia de trabajar las habilidades motrices de los niños, para que puedas ayudar a tus hijos en su desarrollo. Si llevas a tus hijos a algún centro de educación infantil, estarán trabajando con tu hijo estas habilidades, pero el trabajo debe continuar en casa.
A través de las habilidades psicomotrices, el niño irá desarrollando su inteligencia. Este es un trabajo a largo plazo, por lo que no debes obsesionarte con sus logros ni compararlos con los de otros niños. Debes tener en cuenta que existen factores hereditarios, de maduración y del desarrollo físico, que pueden condicionar la evolución de tu hijo. Por este motivo, trabajar directamente con los niños en este campo, es fundamental para ayudarles en su crecimiento.
Qué diferencias hay entre la motricidad fina y la motricidad gruesa
La motricidad fina hace referencia a pequeños movimientos realizados con las manos o los pies, con sus dedos, la lengua o con sus labios. Algunas de las actividades que se incluyen en este grupo son:
- Cuando el bebé coge un objeto utilizando los dedos índice y pulgar, está ejercitando la motricidad fina. Al igual que cuando mueve los dedos de los pies al tocar la hierva o la arena de la playa.
- También cuando utiliza sus labios y la lengua cuando chupa sus juguetes o sus propios dedos, utiliza sus sentidos para identificar el objeto. Está desarrollando su inteligencia.
En cambio, la motricidad gruesa se utiliza para nombrar los movimientos que se realizan a través de grupos de músculos, por ejemplo caminar, arrastrarse, correr e incluso saltar.
Sin embargo, aunque el desarrollo de las habilidades motoras es algo que ocurre de forma muy paulatina, en algún momento estas habilidades se unirán y terminarán trabajando juntas. Ya que para realizar algunas actividades es necesario utilizar ambas habilidades.
Estas habilidades se van desarrollando muy poco a poco, ya que al principio el cerebro no está preparado para controlar los movimientos. Esto va sucediendo paulatinamente, primero comenzará a controlar su cabeza y después las diferentes partes del cuerpo.
Como hemos comentado, este desarrollo es natural, es parte del proceso de crecimiento natural de las personas. Pero a medida que tu hijo vaya creciendo, es importante que trabajes algunos juegos sencillos para ayudarle a desarrollar estas habilidades.