El restaurante de la polémica y el problema de una «campaña» de críticas en las Redes Sociales

Los hechos sucedieron hace un año, pero no ha sido hasta hace unos días cuando los hemos conocido por diversos medios de información. La queja de una cliente de un restaurante vegano llamado El Vergel, trascendió a las redes sociales, y como todos sabemos, es muy fácil perder los nervios y “los papeles” cuando nos relacionamos online… A propósito de esto (off topic, totalmente), de verdad, no sé cómo nos atrevemos a decirles a los más jóvenes que se comporten en Internet como en la vida real, si después somos adultos incapaces de dialogar y nos cuesta bien poco insultar al próximo.

Pero vuelvo de la divagación, que aquí de lo que se trata es plantear una pequeña reflexión a propósito de ese lugar que en la puerta expone sus normas (las que sus dueños han querido poner, que para eso han creado un negocio), indicando que no se puede entrar al local con alimentos de origen animal, entendiéndose que es extensivo a los niños. Y lo que le pasó a la mujer cuya queja recogida por TripAdvisor, ha sido el detonante de todo esto, fue que se dispuso a alimentar a un bebé de 4 meses con biberón, y el camarero (también encargado del local) la avisó de la norma con una tarjeta escrita, que fue deslizada sobre la mesa (para evitar que se sintiera mal).

Unos piensan que en realidad no hay ningún problema, y más aún sabiendo que cuando las familias con niños hacen reservas, se les recuerda la prohibición, otros se escandalizan porque “¡cómo se pretende dejar sin comer a un bebé!”; esto último parece enfrentar el derecho a la alimentación de una criatura frente a las normas. En cualquier caso deberíamos posicionarnos entre el “totalitarismo”, que no sé si es tal (para que estos sucesos no recuerden a las madres a las que se les impide amamantar en público) y el respeto a una filosofía de vida basada en el respeto a la vida animal. De hecho, en respuesta inicial a las primeras críticas hace días, se asegura que “las madres ‘verdaderamente humilladas’ son aquellas que son violadas durante toda su vida para tener bebés que son robados y descuartizados para que los humanos les arrebaten la leche que es para ellos”.

Mirad, he leído que por parte de El Vergel, se ha reconocido que quizás la forma en la que gestionaron aquel incidente no fue la más indicada; si yo tuviera el poder de resolver este embrollo, lo dejaría ahí. Porque también se le debe dar valor a las disculpas. Y esto lo digo a sabiendas de que han habido más quejas, pero es que los responsables del negocio, también han visto muchas veces cómo se había introducido comida infantil elaborada con productos animales.

Lo que está realmente muy feo, es aprovechar los hechos relatados, para emprender una campaña de desacreditación contra el restaurante, que se me antoja muy injusta (incluso antiguos empleados salen al paso defendiendo un modelo de negocio ético que trata muy bien a los trabajadores.. De acuerdo en que la mamá se debió sentir mal, e impotente, porque a un bebé de esa edad no puedes explicarle que se espere para tomar su leche, de acuerdo también en que el camarero no podía saber qué tipo de leche había en el biberón; pero a ver… ellos están diciéndonos que existen unas normas explícitas, y reconocen un fallo en la comunicación con la cliente. Por cierto, por el momento se han cerrado las R.S. de El Vergel.

De verdad, tengamos la capacidad de ponernos un poco de parte de todos los implicados, e intentemos entender.
Imagen — mahmoud99725


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