Las revisiones del niño sano son los controles que se le practican a un niño a lo largo de sus primeros años de vida. Se trata de un control estándar y regular a través del el pediatra podrá realizar un seguimiento periódico de la evolución de un niño. El conocer al bebé y luego al niño que va creciendo, le permite al médico realizar un diagnóstico de la salud integral del niño a partir de ciertos parámetros.
El primer control periódico se le realiza cuando el bebé nace y luego hay un segundo control en los primeros diez días de vida. Pero las revisiones del niño sano se realizan a lo largo de su primera infancia. Primero son controles mensuales durante el primer año de vida, seguido de controles regulares hasta los dos años de edad. Durante estos controles, se practican una serie de pruebas estandarizadas, se introduce el calendario de vacunación y otros ítems que permiten llegar a conclusiones médicas obligaciones que los padres deben cumplir etapa por etapa.
La revisión del niño sano a los 2 años
Hasta cumplido el primer año del bebé, las revisiones del niño sano son mensuales. Pero cuando se cumple el año las visitas al pediatra serán más espaciadas. Sin embargo, en cada visita se repiten las pruebas y parámetros a evaluar. En cada control se mide el peso y la talla para establecer la curva de crecimiento. También se realiza el examen psicofísico, a través del cual el pediatra irá evaluando cómo es el desarrollo motriz del niño y si hay algún inconveniente o algo que hay que observar.
A partir de los 2 años, entre los controles se añade el lenguaje. El pediatra evaluará el desarrollo del lenguaje y si detecta algún problema fonoudiológico o de dicción recomendará algún tipo de tratamiento. En esta etapa, el pediatra preguntará sobre el círculo social del niño y si se detecta algún cambio a partir de la socialización en el jardín de infancia. El ingreso al jardín abre el círculo de posibilidades ya que entonces es posible ver cómo el niño interactúa con sus pares, de qué manera socializa y cómo incorpora y desarrolla nuevas habilidades intelectuales, físicas y sociales.
Los controles a partir de los 6 años
Con el ingreso a la escuela primaria, las revisiones del niño sano suceden una vez al año. En cada control, el pediatra continuará con el control del percentil del niño y su curva de crecimiento, Además de los controles habituales, realizará distintas pruebas para verificar el funcionamiento cardiopulmonar, el pulso y la medición de la tensión. También recomendará realizar un control oftalmológico y una audiometría para así detectar posibles problemas visuales y auditivos.
Llegada la pubertad -entre los 12 y los 14 años- los niños pueden preferir un pediatra de su mismo sexo. Entonces, se le sumarán controles vinculados a la madurez sexual. Se evaluarán los cambios físicos y la revolución hormonal propia de la preadolescencia. Se realizarán controles de la vista, los oídos, así como controles odontológicos. En el caso de las niñas, cuando ocurre la primera menstruación el/la pediatra derivará a un médico/a ginecóloga para un control regular.
Si bien la revisión del niño sano incluye la visita al pediatra a lo largo de la infancia y adolescencia, esta no estaría completa sin un control odontológico regular. A partir de la salida del primer diente, se recomienda la vista regular al odontólogo. Es importante un control por parte de un odontopediatra pues los dientes de leche son la antesala de los dientes definitivos y cumplen un rol de importancia en el desarrollo correcto de estos últimos. Por otra parte, el especialista controlará que los dientes definitivos crezcan bien y que el niño tenga una correcta higiene bucal para así evitar caries y problemas dentales.
No olvides realizar los controles periódicos de los niños para así detectar cualquier posible problema. Es importante llevar un registro médico de su evolución y aplicar todas las vacunas obligatorias.