La salud física y la salud emocional siempre van de la mano. Está demostrado que cuando nos sentimos estresados o deprimidos, nuestras defensas tienden a bajar. Somos más propensos a virus e infecciones cuando no cuidamos de nuestra salud emocional. Existen numerosas patologías en las que el factor psicológico es desencadenante de brotes o incluso de la misma enfermedad.
Es por eso que debemos mantener el equilibrio entre ambas y saber qué hacer y cuando. Es imprescindible mantener sano nuestro cuerpo, pero también nuestra mente, nuestras emociones. Necesitamos estar sanos para poder atendernos a nosotros mismos y a nuestra familia
Salud, definición
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades. Es decir, por definición ya está incluida, según la OMS, la salud emocional, junto con la salud física, dentro del término general de la salud. Lo cual implica que para preservar el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, tendremos que cuidar el buen funcionamiento de nuestra mente y nuestras emociones.
Cómo cuidar nuestra mente, la salud de nuestras emociones
Todos sabemos que ser padres es muy estresante, a veces es muy frustrante tener que llegar a todo y no saber realmente si estamos haciéndolo realmente bien. Sin embargo es imprescindible para nuestra salud física que cuidemos nuestras emociones, por lo que debemos hacer mucho hincapié en ello.
Para cuidar nuestra salud emocional es primordial que exista una armonía entre lo que pensamos, lo que sentimos y cómo actuamos. Si ese equilibrio se rompe, se caerá el castillo de naipes que sujeta nuestra salud física. Entrará en juego el estrés provocado por el conflicto entre esas tres cosas, nos puede llevar a la angustia y la depresión que pueden provocar fallos en nuestro cuerpo. Problemas en nuestro sistema nervioso, cardiovascular, digestivo, etc. son los posibles fallos que el organismo puede sufrir como consecuencia de esa situación.
La importancia de gestionar bien las emociones
Para sostener el equilibrio emocional una de las cosas más importantes es no dejarse precisamente dominar por las emociones. Debemos gestionarlas de la forma correcta, esto no significa reprimir o controlar, si no dejar salir a su debido tiempo, sin explosiones de euforia, ni dramas.
Todo momento tiene su emoción, a veces estamos felices y es fundamental que lo expresemos. Cabe destacar la importancia de un buen sentido del humor, como factor influyente en la buena salud de las personas. Sin embargo, toda emoción es necesaria, si estamos tristes, tenemos derecho a estarlo y por supuesto a expresarlo. Es esto lo que permite un correcto equilibrio, mediante una buena gestión de nuestras propias emociones.
Está bien reír, cuanto más, mejor, pero debemos dar a nuestros hijos el ejemplo de que no es vergonzoso llorar, tienen derecho a enfadarse de vez en cuando o a sentir compasión o frustración. Deben aprender que existe naturalidad en sus emociones, que la forma correcta de gestionarlas es expresarlas de una forma calmada, que no dañe en forma alguna a sí mismo o a los que le rodean. Es esta la mejor forma en que tanto ellos como nosotros, podemos gozar de una buena salud emocional y física.