El embarazo es una etapa preciosa, pero cuando está muy avanzado, puedes sentir ciertas molestias que querrías ver desaparecer, nada que no sea normal, aunque te parezca un mundo. Se dice que en cuanto nace el bebé empiezas a sentir nostalgia de la preñez, y un poco de eso hay, aunque todo depende de si tienes más niños, y de las horas de sueño que consigas enlazar tras el parto.

Disfruta: te lo mereces y tu bebé también se merece que estés relajada y feliz, y cuidándote mucho. Es verano y eso parece complicar las cosas, pero si tienes piscina o playa cerca, no dudes en remojarte un poco; eso sí: puedes olvidarte del helado a diario (mucho azúcar y mucha grasa, ya sabes) aunque podrás sustituir por agua fría (no helada) y un buen trozo de fruta al natural. por cierto, no te lo he dicho aún, pero si estás en la semana 34, puede que tu bebé esté pesando unos 2300 gramos, y medirá 45 o 46 centímetros.

Ese pequeñín que crece dentro de ti, tiene una apariencia que se va pareciendo a la que tendrá en el momento del nacimiento, de hecho su piel empieza a estar menos arrugada. Con la mayoría de los órganos del todo formados (a los pulmones aún les queda, y el cráneo no está cerrado completamente), aún no es tiempo de nacer, pero si fuera prematuro podría sobrevivir (las probabilidades son de casi un 100 por cien).

Cansada e insomne, pero como en una nube

Puede que te sientas así, o puede que estés pensando que de nube nada porque tener los intestinos y los pulmones desplazados hacia arriba y presionados, no es nada cómodo, no es lo mejor del mundo; aunque lo cierto es que ninguna embarazada (salvo que haya tenido muchas dificultades) está pensando las 24 horas del día en las molestias. También notarás hormigueo en las piernas, o no, si eres de las que caminas a diario.

Quizás es un buen momento para hacerte un masaje perineal (habla con tu matrona). Y no dejes de ir a las clases de preparación. Antes de que se me olvide, si aún no has valorado tus opciones para parir, no dejes pasar más tiempo: cuanto más informada estés, más protagonista serás, y reducirás riesgos de episiotomía o cesárea.