Si desde la escuela te han comentado que tu hijo es agresor escolar, el primer paso será averiguar qué es lo que está pasando para que lo sea y cuáles son los motivos que le impulsan a comportarse de esta manera. Una vez que tengas esto en cuenta y sepas qué pasa, tu hijo necesitará que seas su mano amiga, porque no es un niño malo, solo debe aprender a cambiar el comportamiento para sentirse mejor.
Una mano amiga
Muchos padres se asustan o son rápidos para regañar y castigar a sus hijos. Esto no necesariamente ayuda a corregir el mal comportamiento. La intimidación debe abordarse de inmediato. Tu hijo necesita darse cuenta de que su comportamiento es inaceptable y que será disciplinado.
La mayoría de los niños no comprenden la profundidad de la intimidación, por lo que los padres deben hacerles entender. Para encontrar el plan de disciplina correcto, también debe recalcar la importancia de las amistades saludables y resistir la presión de los compañeros. Tu hijo debe saber que no importa la razón detrás del acoso escolar, sigue siendo una opción y que ellos son responsables de sus acciones.
También debes apoyar la acción disciplinaria de la escuela y no rescatar a tu hijo de eso. Una vez que conozcas la causa, hayas ayudado a tu hijo a comprender por qué su comportamiento es inaceptable y le hayas disciplinado, ahora debes enseñarle nuevas habilidades para evitar que vuelvan a acosar a otros. No avergüences a tu hijo como una forma de disciplina, ya que esto les enseña que es aceptable hacer lo mismo con los demás. Más bien, vigila la situación y mantén abiertas las líneas de comunicación.
Conexión emocional
Ya sea que se trate de una intimidación física, verbal o a través de Internet, los padres deben lidiar con el acoso de la misma forma. Tener una relación cercana y abierta con tu hijo puede ayudar a evitar que dañen a otros. Tu hijo necesita poder hablar contigo sobre lo que está pasando. Y, para que esto suceda, necesitas pasar más tiempo con él para construir una relación fuerte y amorosa.