Quizá alguna vez como padre o como madre hayas sentido que eres el ‘malo’ de la película y es posible que te agote tener siempre este papel. Es normal. Educar a los hijos no es fácil, es un compromiso a largo plazo que requiere mucha constancia, paciencia, firmeza y grandes dosis de amor. No tienes que ser el malo dela película ni mucho menos, pero sí debes ser ese padre o madre que eduque a los hijos para que se desarrollen correctamente en todos los aspectos.
Es posible que pienses que no importa las veces que le digas las cosas a tus hijos, no te van a escuchar de todos modos. La falta de confianza en la crianza de los hijos puede evitar que los padres intervengan. Temen que su hijo no vaya a tiempo de espera o que no escuche cuando se les quitan los privilegios y que encima ellos queden como los ‘malos’.
Si las consecuencias no son efectivas, tendrás que evaluar las razones por las cuales tu disciplina no está funcionando. Evitar la disciplina solo empeorará el problema y es esencial que obtengas las habilidades suficientes para disciplinar eficazmente.
¿Pensará que eres el malo? Uno de los mayores errores de crianza es mirar hacia otro lado cuando algo sucede. A corto plazo, tu hijo podría pensar que tú eres malo por no dejarle jugar o por quitarle su juguete favorito. Sin embargo, a largo plazo, es lo mejor para él y es esencial para ayudarle a aprender. A veces, cuando tu hijo está enfadado contigo, significa que estás haciendo bien tu trabajo.
No tienes que ser siempre el malo, porque en realidad, no estás siendo malo. Si tu pareja permite que tu hijo salga airoso después de un problema de conducta, es probable que te sientas malo más tiempo. Es importante que tanto tú como tu pareja disciplinéis a los niños de la misma forma, yendo por el mismo camino. Debéis estar unidos. Tienen que haber reglas en el hogar y se deben cumplir, en caso de infringirlas se deberán poner en prácticas las consecuencias negativas.