Ante el nacimiento de un hermanito, la vida familiar cambia y tu hijo mayor puede sentir una reacción más negativa de lo habitual. A esta reacción los expertos lo llaman “síndrome del príncipe destronado”. Es de lo más normal, siempre y cuando no se ponga en peligro ni su vida ni la del bebé.
Los celos entre hermanos son de lo más normales, los hermanos mayores sienten que sus padres no le hacen tanto caso como antes y la atención ha pasado al nuevo miembro de la familia. Necesitan de nuestra atención y ayuda para aprender a gestionar esta nueva situación de la mejor manera.
Cómo anticiparse al síndrome del príncipe destronado
Para reducir lo menos posible el sufrimiento del niño, hay una serie de consejos que se pueden llevar a cabo antes del nacimiento. Es importante generar un vínculo con su futuro hermano. Que pueda tocar la barriga, hablar con él y que pueda participar en decisiones acerca del bebé. Así cuando nazca querrá cuidarlo y protegerlo como buen hermano mayor.
También podemos explicarle lo importante que es ser hermano mayor: compañero de juego, protector, modelo de conducta… ¡Ser el mayor también tiene sus ventajas¡
Señales de alerta
Aunque cada niño se comporta de maneras distintas frente a una misma situación, hay unas claras señales en su comportamiento que no pasan desapercibidas:
–Querer volver a ser pequeño: lo demuestran con retrocesos evolutivos (quieren tomar biberón, ponerse los pañales, hablar como un bebé…).
–Llamar la atención de forma negativa: para reclamar esa atención que consideran que le han robado la busca a la desesperada, aunque sea para reñirle. Bajan sus notas, se vuelven agresivos…
–Hace como si el hermano no existiera: lo ignora o lo tratan con indiferencia, como si no existiera.
–Dolores: presentan dolores psicosomáticos como dolor de barriga, de cabeza…
Cómo deben reaccionar los padres
Ante este comportamiento hay que ser paciente, comprensivo y tener una actitud positiva. Tu hijo ha dejado de ser el centro de vuestro universo para dejarle su corona al bebé. Como padres hay que ayudarles a adaptarse a esta nueva situación familiar. Estos consejos te serán de ayuda:
- No mostrar preferencias entre hermanos ni compararlos.
- Elogia al hermano mayor delante del pequeño.
- Haz actividades conjuntas: crea actividades que puedas hacer con los dos para que el mayor no se sienta excluido: leerles un cuento, bañarlos juntos…
- Déjale espacio para que exprese sus emociones. A través de juegos, cuentos y dibujos puede expresar sus sentimientos y aprender a gestionarlos.
- Siempre que puedas regálale tiempo de calidad: sigue siendo un niño y necesita la atención de sus padres.
- No hacerle caso cuando se comporte mal o como un niño de menos edad. Lo que busca es justamente eso, y si lo consigue de esa forma estarás fomentando un mal comportamiento.
Con paciencia y mucho amor la situación acabará por normalizarse. Si tu hijo tiene conductas agresivas con el bebé, córtalas de raíz, y si la situación se te va de las manos consulta con un profesional.
Por que recuerda… ayudando a nuestros hijos a gestionar sus emociones estaremos convirtiéndolos en adultos sanos y competentes.