Es habitual que los niños pasen por dolores de garganta durante su infancia. Algunos lo manifiestan de manera esporádica y otros frecuentan estas infecciones mucho más de lo habitual, provocando la faringitis. Lo que sí tenemos que diferenciar es el tipo de dolor que se presenta y el posible tratamiento que se llevará al respecto.
Ante cualquier molestia de dolor de garganta debemos de tomar la determinación de acudir a un médico por si este posible dolor llegara a complicarse. Aunque muchos médicos optan que no sería aconsejable hasta que no se produjera fiebre y malestar general bastante severo.
Síntoma de faringitis en niños
La faringitis es una inflamación de las amígdalas y la garganta, causada por una infección bacteriana o vírica. Podemos tener dudas de cuando se trata de una amigdalitis o un dolor de garganta ocasional. En la amigdalitis sólo se inflaman las amígdalas y en el dolor de garganta, solo se inflama la garganta que estaría alrededor de las amígdalas. En respuesta a padecer una faringitis debemos de tomar en cuenta cuáles son sus síntomas:
- Hay molestias de dolor o carraspera en esa zona, dónde se siente incluso más dolor al tragar o incluso al hablar.
- Si abrimos su boca y podemos llegar a explorar, podremos observar que se ha producido una inflamación de las amígdalas, notaremos un enrojecimiento y en algunos casos hasta placas o puntitos de pus.
- Algunos niños pueden presentar, dolores de cabeza, dolor de las articulaciones y agotamiento con dolor muscular. Otros de los molestos indicios suelen ser tener la voz ronca o llegar a manifestarse erupciones cutáneas.
- La fiebre es otro de los síntomas más comunes e incluso pueden llegar a inflamarse los ganglios que se encuentran en el cuello.
- La sequedad en la boca suele ser muy habitual por lo que es bueno dar mucho líquidos calientes y no fríos. Los vaporizadores colocados en el ambiente también ayudan mucho a mitigar esa sequedad.
¿Se puede prevenir la faringitis?
Este tipo de enfermedad suele presentarse con más frecuencia en los meses más fríos, dónde suele estar más asociado a cualquier tipo de enfermedad respiratoria. Para ello es muy aconsejable el buen uso del lavado de las manos o en su defecto un gel desinfectante, ni tampoco compartir bebidas ni alimentos.
No obstante, su prevención es algo difícil de prevenir y más en niños cuando ya están infectados sin síntomas aparentes y puede que ya estén infectando a otros. Su contagio es a través de sus vías respiratorias y las formas más habituales suelen presentarse a través de los besos, cuando se tose o cuando se ha tocado un objeto que ya está contaminado.
¿Cómo se trata la faringitis?
Cuando el niño padezca de dolor de garganta y tenga un malestar extremo e incluso fiebre, es importante llevarlo al pediatra para que le haga una exploración exacta al problema. El médico determinará si la faringitis es causada por una infección bacteriana o vírica.
Los tratamientos no serían iguales y para saberlo con exactitud algunos consultorios de pediatras suelen hacer pruebas rápidas de estreptococos, para determinar si la infección es causada por esta bacteria. En el caso de que resulte negativa acordará que la infección es vírica.
En el caso de la presencia de bacterias se administrará un tratamiento con antibióticos por vía oral, que suele durar unos 10 días. Si es una faringitis viral, el tratamiento se hace con paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor de garganta y mitigar los efectos de la fiebre si la hubiese.
Hay niños que suelen tener repetidas infecciones y en casos extremos la prescripción de antibióticos sólo ayuda de forma puntual. Pero al cabo de pocas semanas vuelve a recaer con otra faringitis viral. Para este tipo de procesos se suele hacer una operación para extraer las amígalas (amigdalotomía), aunque cómo hemos dicho sólo se hace para infecciones muy repetidas.