En ocasiones, con la mejor de nuestras intenciones, los padres sobreprotegemos a los niños. Esto tiene una serie de consecuencias en ellos en su desarrollo emocional y mental, que arrastrarán en su etapa adulta. Por eso es conveniente saber donde están los límites, cuáles son las consecuencias de sobreproteger a los niños y cómo evitarlo. Hoy os hablamos de este tema tan interesante.
La sobreprotección
Hay varios motivos detrás de sobreproteger a los niños. Puede ser que tengamos miedo a que se enfrente a los problemas del mundo, a un deseo de perfeccionismo, a querer evitarles los problemas que tuvimos nosotros o porque creamos que le estamos facilitando la vida. Esto lleva a muchos padres a tratar de anticipar los deseos y necesidades de nuestros hijos, antes incluso de que ocurran, o a eliminar o solucionar cualquier problema o inconveniente que aparezca haciendo que los niños no tengan acceso a herramientas para manejarse. Lo cierto es que con estas conductas le estamos haciendo más mal que bien a nuestros hijos.
Nuestra labor como padres es quererles y darles todo nuestro amor, para que nuestros hijos no tengan carencias afectivas. A lo que se refiere a los problemas a los que se tendrá que enfrentar en la vida, por desgracia no los podemos evitar todos ni ponerles una burbuja para protegerlos de todos los males. Se tendrán que enfrentar a ellos, por lo que nosotros debemos darles las herramientas necesarias para que lo consigan en lugar de quitárselas. Así tendrá un desarrollo sano, sabrá enfrentarse a la vida y su nivel de frustración no será tan bajo.
Consecuencias de sobreproteger a los niños
Como ya vimos antes, al tratar de reducir al máximo los posibles problemas con lo que se tienen que enfrentar los niños, les privamos de tener habilidades y herramientas para poder solucionarlos por si mismos, le impide crecer emocionalmente, será más dependiente de otras personas, baja autoestima, bajo nivel de frustración, baja seguridad en si mismo, incapacidad para resolver problema…
En definitiva, será una persona más débil e inmadura, influenciable y dependiente. Con todas estas consecuencias es para pensar seriamente que clase de futuro le queremos dar a nuestros hijos. Uno donde puedan desenvolverse bien ante la vida, u otro donde sufran innumerables desdichas por no tener las herramientas necesarias.
Padres helicóptero
Se les denomina padres helicóptero a esos padres hiperprotectores que sobrevuelan la vida de sus hijos, pendientes de atender todas sus necesidades y deseos. Es un estilo parental que es muy común en Estados Unidos, y que también se ve cada vez más en nuestro país.
Hijos de padres helicóptero tienen más niveles de ansiedad, estrés, depresión, insatisfacción vital, y baja sensación de seguridad y autoeficacia. Se sienten incapaces de hacerse cargo de sí mismos y no saber tomar decisiones importantes. Teniendo en cuenta estas consecuencias es hora de revisar nuestro estilo educativo. Dejar de pasarles nuestros miedos, de hacerles creer que detrás de cada esquina hay un peligro que les acecha. Hacer eso es enseñarles a vivir inseguros y con miedo, creyendo que el mundo es hostil del que hay que esconderse.
Se puede tener un estilo de educativo más sano y educativo, y marcar límites a la vez. No es necesario ser permisivo o poco atento en la educación para que los niños adquieran estas habilidades. Es tener un equilibrio entre ser un padre/madre presente, amorosa, atenta y dejarles su espacio para que se desarrollen como personas independientes que serán algún día. Podemos mientras acompañarles en el proceso, sin quitarles los obstáculos que se les presenten y en su lugar ayudarles a buscar soluciones. Siempre habrá algún problema en la vida, no podemos eliminarlos pero si podemos enseñarles a afrontarlos de una forma efectiva.
Por que recuerda… en la actualidad parece que hay más peligros que antes, y puede llevarnos a sobreproteger a nuestros hijos. Debemos encontrar los límites entre ayudarles e inhibirles en su desarrollo. Que en lugar de ayudarles les estemos perjudicando.