Los mocos en los niños es uno de las preocupaciones más habituales en los padres, en lo que respecta a la salud. Existe un mito o una falsa creencia en gran parte de la sociedad, que consiste en considerar que el pequeño tiene infección si tiene mocos verdes. A raíz de ello, muchos padres piensan que la mejor manera de tratar este problema es a través de la administración de antibióticos.
Se trata de un gran error ya que tener los mocos verdes no es sinónimo de infección. Acto seguido te explicamos a qué se debe dicho color en los mocos y la mejor manera de combatirlos y terminar con ellos.
Los mocos en los niños
Es bastante normal ver a los padres acudir al médico cuando su hijo tiene mocos, sobretodo si son verdes y espesos. Los mocos es un mecanismo de defensa que tiene el organismo frente a microorganismos peligrosos como pueden ser las bacterias o los virus. Los mismos se quedan atrapados en los mocos y el niño los expulsa al exterior cuando se suena. Hay una falsa creencia de que tragarse los mocos son malos para la salud, sin embargo se ha podido probar que si el niño se traga los mocos puede ayudar a fortalecer todo el sistema inmunológico del pequeño.
Si los mocos son verdes se debe a que el organismo libera un tipo de enzima que contiene hierro, provocando dicho color en los mocos. Gracias a esta clase de enzima que libera el cuerpo, los microorganismos que vienen del exterior como los virus o las bacterias son destruidos y se evita de esta manera que el niño enferme.
¿Hay que darle antibióticos al niño si tiene mocos verdes?
Otra de las falsas creencias es la de que los mocos verdes indican que el niño tiene una infección. Si los mocos son verdes y espesos es buena señal, ya que indica que el organismo está haciendo su trabajo y está eliminando a posibles virus o bacterias.
Los expertos advierten que los mocos verdes no es sinónimo para nada de infección y por tanto no hay que darle antibióticos al pequeño. Un resfriado comienza con mocos transparentes y líquidos y con el paso de los días se vuelven más espesos y verdes. Ello es señal de que el sistema inmunológico del niño es fuerte y está luchando contra tal catarro o resfriado.
Ante ello se debe evitar el administrar antibióticos al niño y esperar a que con el paso de los días la infección vaya remitiendo y los mocos desaparezcan. Recuerda también que tanto el catarro como la gripe son procesos víricos por lo que los antibióticos están totalmente contraindicados.
Qué hay que hacer si mi hijo tiene mocos verdes
Si tu hijo se resfría y empieza a tener abundante mucosidad que le impide respirar es aconsejable el realizar lavados nasales con la ayuda de suero fisiológico. Esta serie de lavados son perfectos a la hora de despejar las fosas nasales y expulsar una buena cantidad de mucosidad. Si ves que tiene demasiada mucosidad, puedes hacer dichos lavados varias veces al día. En el caso de que el niño sea demasiado pequeño puedes optar por usar un aspirador nasal para sacarle toda la cantidad de mocos que puedas. Recuerda que los mocos se producen a causa de un proceso vírico como puede ser un resfriado común o la gripe. En tales casos, con el paso de los días el niño irá mejorando poco a poco y eliminando la mucosidad de las fosas nasales.
En definitiva, el mito de los mocos verdes es solo eso, una falsa creencia. Si tu hijo tiene demasiados mocos verdes no debes preocuparte en absoluto ya que no es señal de que padezca una gran infección en el organismo. La administración de antibióticos está totalmente desaconsejado por lo que lo mejor es que el niño beba mucha agua y realizar los citados lavados nasales varias veces al día.