Niños con TDAH: ¿estamos derivando en el sobrediagnóstico?

NIÑO CON TDAH

El TDAH (trastorno con o sin déficit de atención) es, en estos momentos, uno de los problemas psicológicos más comunes en la mayoría de los niños en edad escolar. Tanto es así, que los medicamentos orientados a tratar esta supuesta «enfermedad» (no financiada por la Seguridad Social) se ha elevado de forma notable. Aunque de hecho, y según nos indican muchos profesionales, son muchos los niños que siguen obteniendo malos resultados académicos por no haber sido aún diagnosticados en el TDAH.

Ahora bien, todos estos datos son vistos por muchos como algo sobre lo que reflexionar. ¿No estará quizá produciéndose un sobrediagnóstico? Al otro lado de la balanza está por ejemplo el especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología Marino Pérez, quien nos advierte del riesgo a largo plazo de la medicación y de la necesidad de reorientar las estrategias para ayudar a estos niños con problemas de atención. En «Madres Hoy» te hablamos de ello.

Crece el diagnóstico en TDAH pero también la polémica

Resulta curioso como muchas mamás y muchos papás no intuyen que sus hijos tienen algún problema hasta que llega la edad escolar, y descubren de pronto, que sus niños no encajan en el sistema educativo ordinario. Son incapaces de mantener la atención para aprender a leer, para estarse quietos en el pupitre o para realizar una tarea en un tiempo determinado.

Cabe decir, eso sí, que hay muchas diferencias de niño a niño, los hay que desde bien pequeños mostraron siempre una conducta algo temeraria: críos que se encaraman a cualquier sitio y que no ven el riesgo, que duermen poco, que siempre quieren hacer muchas cosas a la vez... Cada caso es único y excepcional, sin embargo, a la hora de dar un diagnóstico, las etiquetas siempre son universales. Según muchos especialistas en neurología y educación infantil, lo que se está produciendo es una patologización de los problemas normales de la infancia.

No obstante, analicemos con detalle cada enfoque para entender un poco más la situación.

El sobrediagnóstico o la tranquilidad de saber qué les ocurre a nuestros hijos

Muchas madres y padres se quedan más tranquilos cuando por fin, un especialista les comunica por qué a sus niños les cuesta tanto aprender a leer y a escribir: «TDAH, trastorno de déficit de atención con hiperactividad».

Más tarde, el neurólogo, tras recomendarles una medicación determinada, suele indicarles la razón del por qué sus hijos actúan de este modo:

  • El TDAH tiene como base neurológica un pequeño déficit en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales: córtex prefrontal y ganglios basales. Estas áreas se comunican a través de dos neurotransmisores esenciales: la dopamina y la noradrenalina.
  • Al tener una liberación deficitaria de esos elementos se altera la neurotransmisión, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo.
  • La medicación, como el «Concerta» o el «Rubifén» contienen metilfenidato, un derivado anfetamínico que incrementa la disponibilidad de la dopamina para mejorar la concentración y el aprendizaje.

CEREBRO


Tener a un niño diagnosticado y con su correspondiente medicación, permite a las familias y a los centros comprender mejor a ese hijo o a ese alumno. No obstante, hay algo que debemos tener claro la medicación en muchos casos es prescindible siempre y cuando, enfocáramos las cosas de otro modo, de un modo más sensible, cercano, con adecuadas técnicas cognitivo-conductuales y una gran dosis de afecto.

  • Hay quien piensa que esta explosión en el diagnóstico de niños con TDAH se debe a una necesidad de  armonizar intereses: las familias obtienen una explicación «algo tranquilizadora», los clínicos, profesores saben ya a que atenerse y los fabricantes de fármacos más inversión.

Resulta sin duda algo inquietante pensarlo de este modo, no obstante, lo que siempre asusta es que un problema académico y de rendimiento escolar se transforme en algo clínico, en algo médico que tratar a través de esa pastilla diaria que el niño toma entera en el desayuno o fragmentada en dos partes.

No obstante, y todo hay que decirlo, a pesar de sus muchos efectos secundarios hay niños que junto a la medicación y un adecuado apoyo familiar y escolar, han conseguido dejar la medicación al cabo de tres años hasta el punto de convertirse en excelentes estudiantes. Tal y como hemos señalado al inicio, cada caso, cada niño, es único y excepcional.

El diagnóstico requiere ante todo, una labor de interpretación

Hay quien dice que en realidad, el TDAH no existe, que no hay origen neurológico y que lejos de haber cualquier alteración en el cerebro, lo que existe en realidad es una mente que busca interpretar el mundo a otro ritmo y de otra forma. Nada más que eso.

niña con TDAH

Bien, no vamos a entrar aquí a debatir sobre si el TDAH es real o no, porque lo que sí es real es la angustia de las familias, el esfuerzo económico, personal y emocional de esos padres y de esas madres acostumbrados a reunirse con el equipo psicopedagógico del centro, con los profesores extraescolares, con los médicos, y con tantas y tantas conversaciones con esos niños a los que exigimos tanto, sin que ellos entiendan muy bien el por qué son «tan diferentes».

Es algo delicado que solo las propias familias entienden, de ahí, que más que debates internos entre neurólogos, psicólogos, educadores o grandes industrias farmaceúticas, lo único que las mamás y los papás necesitan es pautas para el día a día.

Cómo ayudar a un niño con TDAH

Un diagnóstico siempre debe seguirse de una adecuada interpretación ¿Es imprescindible que mi hijo tome medicación? Entiende que la medicación es solo un pequeño «abono» del que se puede prescindir o complementar de forma temporal siempre y cuando, ofrezcamos al niño adecuadas técnicas para el día a día.

  • Busca segundas, terceras y cuartas opiniones, la medicación no siempre es la panacea. Ayuda pero no es la solución última al TDAH.
  • Lo quieras o no vas a transformarte en todo un experto en técnicas cognitivo-conductuales para gestionar sus tiempos, su atención, su modo de trabajar, de organizar sus actividades.
  • Sin el apoyo del centro no podemos hacer nada. Es imprescindible que el equipo docente y psicopedagógico del centro se involucre en la tarea de dar adecuadas estrategias al niño con TDAH.
  • Debemos trabajar el mundo emocional del niño. Piensa que durante mucho tiempo ha estado etiquetado como «un niño torpe, despistado y poco brillante».
  • Entiende que en ocasiones, en cuanto subes un escalón y has logrado algo, aparece un nuevo problema. La paciencia y el amor deben ser tus mejores armas.

TDAH

Actividades como la natación o el yoga para niños resultan muy interesantes para tratar el TDAH. No dudes en estar abierto/a a cualquier propuesta, a cualquier enfoque que pueda resultar adecuado para tu hijo o hija en particular.

Por curioso que parezca, tras esos primeros años de desilusiones, lágrimas y batallas cotidianas, dan como resultado el día de mañana chicos y chicas realmente brillantes. Personas que valoran el gran esfuerzo que sus padres y madres han hecho por ellos.


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