Te contamos cómo beneficia a tu bebé comer con las manos


Aunque el mejor alimento para un bebé de entre 0 y 12 meses es la leche materna, y de hecho se recomienda que constituya en exclusiva la dieta de un lactante hasta los seis meses, llega un momento en que se empiezan a interesar por otros alimentos. Como mínimo, deberías ofrecérselos a partir de que cumplan medio añito, pero teniendo en cuenta las necesidades y preferencias del bebé, ya que algunos niños no muestran interés alguno en los alimentos sólidos hasta algún tiempo después.

A pesar de que las papillas de cereales y los purés (frutas, verduras, carne) se han generalizado, no son la mejor forma de que el bebé tome contacto con la alimentación complementaria. ¿Te preguntas por qué? Pues hay dos razones básicas, a saber: las mezclas de sabores dificultan identificar los distintos alimentos, y en consecuencia familiarizarse con ellos; en segundo lugar puesto que los ingredientes de un puré están triturados, no existe contacto con las diferentes texturas, así que el interés del bebé se diluye, ya que les encanta explorar y manipular.

Así que lo ideal, aunque te sorprenda es presentar los alimentos en trocitos (frutas muy maduras), o chafados (patata cocida), incluso cortados a un tamaño adecuado para las manitas del bebé (espaguetis hervidos), sin contar con platos que de por sí ya son blandos (arroz, lentejas). De esa forma pueden comer usando las manos, ya que aún no son lo bastante hábiles con cubiertos, y al tiempo que se alimentan, perfeccionan la motricidad fina. Es verdad que de esa forma se van a ensuciar bastante, y la trona o silla, así como el suelo alrededor del bebé, quedarán con restos de comida, pero merece la pena porque llegan a tener mucha más autonomía, y la adquieren más pronto. Por si tienes dudas, recomendamos la pauta de introducción de alimentación complementaria.

Baby Lead Weaning: usando la motricidad fina para comer

Como sabes, hablamos del baby lead weaning: comer solos, usando las manos, y desde el punto de vista nutricional, tiene asociada una ventaja a tener en cuenta: es el propio bebé el que controla su apetito, y el que decide cuándo empezar y cuándo parar de comer. Hay veces que las mamás y los papás tenemos que relajarnos un poco, y dejar de pensar que lo mejor es introducir casi a la fuerza la cuchara repleta de papilla en la boquita del bebé, tampoco es adecuado obligar a acabar el plato, porque son ellos los que sienten el reflejo de saciedad.

Ventajas del baby lead weaning

Te detallamos los beneficios de esta práctica:

  • Es más natural el tránsito del BLW a los alimentos enteros o a comer con cuchara, que si toman papillas o purés.
  • Los bebés que tienen mayor libertad a la hora de comer, desarrollan habilidades y autonomía más pronto.
  • La coordinación óculo manual se perfecciona en menos tiempo.
  • También se mejora la motricidad fina.

La única desventaja es que después hay que limpiar un poco, pero si consigues relajarte, ni siquiera te vas a agobiar por ello.

Nene comiendo un plátano

Qué alimentos puedo darle a mi bebé para que coma con las manos

Tendrás que pensar en comida que se deshaga fácil en la boca, que pueda aplastarse con el tenedor, que sea blanda, o troceada lo suficientemente pequeña: pollo hervido, patata o carlota cocida, tomate, pepino (se puede rallar), huevo duro, requesón, plátano, manzana cocida, pan de corteza blandita, arroz, …

Es mejor que los evites.

  • Nada de hortalizas crudas y duras como el pimiento, la carlota, el calabacín: el bebé podría sufrir un atragantamiento.
  • Frutos secos, uvas, tomates cherry.
  • Queso duro (especialmente curado y semicurado).
  • Pan seco, pan tostado.
  • Salchichas enteras, aunque sea a trozos.
  • Es mejor también renunciar a alimentos procesados o muy azucarados (incluyendo chocolate).

¿Y si prefiero darle la comida triturada y en cuchara?

Nadie te obliga a que dejes a tu bebé comiendo los trocitos del plato con sus manos, mientras le caen migas y pedazos al suelo, o se quedan incrustado en los rincones de la funda de la trona. Pero en ese caso:

  • No fuerces a comer cuando ya no quiera más.
  • Permanece atenta a las señales que indican que ya no tienen más ganas (girar la cabeza, escupir la comida).
  • Sin prisas: te conviene que tu hija o hijo asocie el momento de comer a una experiencia agradable. Tómate tu tiempo.
  • No te enfurruñes cuando rechace la cuchara, ni cuando toque la comida y se ensucie.

Ni que decir tiene que siempre habrá un adulto pendiente del bebé que está comiendo, no son edades para que estén solos en ningún sitio, así como de sus dificultades y progresos. ¡Verás que no es tan difícil como te pudiera parecer!


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