Ser padre o madre no es fácil, especialmente cuando se es padre primerizo y hay que hacer frente a diversas situaciones, todas ellas desconocidas. Aunque ambos padres suelen lidiar con los temores lógicos de la paternidad, es la mujer quien suele llevar una mayor carga emocional. Todo ello como consecuencia de los desajustes hormonales producidos por el parto.
La mayoría de estos temores suelen ser consecuencia del desconocimiento, de la falta de información y de la ansiedad producida por la incertidumbre. No saber qué es lo que va a pasar, puede causar un gran estrés y para los padres primerizos, esto se transforma en un miedo en ocasiones irracional, que no les deja disfrutar de su nueva condición de padres.
Los miedos de los padres primerizos
La mayoría de las madres primerizas comparten estos sentimientos. Algo que se ha podido comprobar a través de diversas encuestas que cada cierto tiempo se van realizando. A través de estos estudios, se ha llegado a la conclusión de que los temores más repetidos entre las madres primerizas son los siguientes:
- El mayor porcentaje de las mujeres encuestadas, reconoce tener miedo a que el bebé tenga algún problema de salud. Especialmente a que puede ocurrir lo peor, la muerte súbita.
- Después de la salud, lo que más suele preocupar a las madres primerizas es el hecho de no ser una buena madre. Esto sobre todo es en el sentido de no saber reconocer las demandas del bebé o no ser capaces de satisfacerlas.
- Otro de los principales miedos hace referencia a la alimentación. Por una parte, las madres que desean dar el pecho tienen temores como, no lograr una lactancia materna exitosa. También que el bebé no reciba suficiente alimento o que su leche no sea suficiente para su pequeño.
- Por último, uno de los miedos más frecuentes son los que hacen referencia a los cuidados básicos del bebé. La hora del baño supone un gran temor para muchos padres. No saber coger al pequeño, no cuidar bien la herida del ombligo etc.
Consejos para padres primerizos
Todos estos temores son muy comunes, además de muy normales y lógicos. La incertidumbre y el miedo a lo desconocido son los causantes de todos los miedos. Pero a medida que el tiempo pase, todos estos temores se disiparán. Pronto serás consciente de cómo tu propio instinto de madre o padre te ayuda en las situaciones más diversas.
Aún así, estos son algunos consejos que puedes seguir para calmar esos miedos tan comunes en los padres primerizos:
- Acude a las revisiones pediátricas con frecuencia, así podrás comprobar que tu bebé está creciendo correctamente. Pero además, podrás resolver muchas de las dudas que cada día irán surgiendo. Para no olvidarte de preguntarlas, apunta en una libreta todo aquello que se te vaya ocurriendo. Así, podrás hablar con el pediatra y solucionar todas esas cuestiones.
- Confía en tu instinto. Nadie conoce a tu bebé mejor que tú, confía en tu instinto porque te sorprenderá lo que una madre es capaz de hacer. Enseguida reconocerás el llanto de tu bebé y serás capaz de detectar cosas que nadie más podría hacer.
- Busca información sobre maternidad y consejo en otras madres. Hoy en día existen muchos medios para obtener información de todo tipo. Muchas madres comparten sus experiencias en la red y puede ser un gran apoyo en momentos de duda y temor. Por otra parte, tienes la inestimable ayuda de los libros, literatura especializada que te ayudará a resolver todos los miedos lógicos de este periodo de tu vida.
- Pide ayuda. La maternidad asusta y abruma a partes iguales, la falta de tiempo, la bajada de hormonas y el miedo, pueden paralizarte y con ello perderte grandes momentos de tu maternidad. No dudes en pedir ayuda a tus familiares y amigos siempre que lo necesitas. Aunque no lo creas, siempre habrá alguien deseando ayudar y para ti será fundamental contar con ese apoyo.
- Disfruta de tu nueva condición de madre. Y además, permítete equivocarte, tener miedo, llorar o sentir temor. Es algo tan normal, que de la misma forma que llega se marchará. Disfruta de cada momento, con actitud positiva, con paciencia y sobre todo, con mucho amor.