Hay niños y niñas que son tímidos. Es así. Muchos niños lo son, pero lo cierto es que también es una etapa de la infancia, en la que sencillamente no quieren ser sociales. No es hasta la adolescencia que el propio individuo se reconoce como tímido. Cuando los padres hablan de un niño o una niña tímida, menos de 6 años, puede que la estén sobreprotegiendo, o creando sobre ella o él una imagen de inseguridad.
Es a partir de los 3 años, por lo general, cuando pasan al periodo escolar y se va construyendo sus habilidades sociales, es cuando se empieza a “catalogar” como tímidos, pero ¿qué es la timidez infantil?
¿Cómo es un niño o una niña tímida?
Los psicólogos definen la timidez en la infancia como una conducta que se caracteriza por un déficit acusado en la relaciones interpersonales. Se mantiene una tendencia estable y acentuada de escape y evitar el contacto social con otras personas.
En muchas ocasiones la timidez puede tener un origen genético. Entre el 20% y el 48% de las personas tienen personalidades tímidas, y los bebés nacen con una predisposición a la timidez. Sin embargo, en su aparición también influyen factores externo que sí podemos controlar.
Estos niños no suelen dar ningún tipo de problemas en su comportamiento. Así que, a veces, pasan desapercibidos en el hogar y en la escuela, de hecho los los profesores los suelen poner como ejemplo de buena conducta. Sin embargo, es habitual que presenten sentimientos de ansiedad, inseguridad y miedo.
Como hemos querido reflejar la timidez en sí no es mala, ya que es una defensa ante lo desconocido. Pero si el niño o la niña es muy tímido puede tener problemas en su desarrollo y desembocar en trastornos de inseguridad de adulto. Es importante trabajar la timidez respetando el espacio y la decisión de los niños de no hablar o no interactuar con los otros.
La timidez en la escuela y en la casa
Te damos algunos consejos o pautas para trabajar con niños tímidos, tanto en la escuela, como si se trata de tus propios hijos, en casa. Ten presente que los niños tienen una sensibilidad más rica que la de los adultos para percibir las variaciones en el ambiente. Siempre están atentos a nuestra mirada, nuestros gestos, nuestras presencias y ausencias. Pasa un tiempo hasta que consiguen verbalizar las emociones que les provoca nuestras actuaciones, riñas, ausencias, enfado…
Cada niño tiene su propia manera de comunicar su dificultad para entender lo que está pasando. Aunque suene a brujería confiemos en nuestra intuición para encontrar el momento más adecuado para hablar al niño, con las palabras que nos dicta el corazón.
Si detectas que un niño es tímido una buena idea es darle ejemplos de cómo podría comenzar una conversación, o temas de los que pueda hablar con sus compañeros. Podéis ensayar este tipo de situaciones. Otra idea es que practique actividades extraescolares de grupo, pero que a él le interese, no a ti, o que cuando te acompañe a una tienda él pregunte el precio o le permitas pagar, para que interactúe con desconocidos.
¡Ojo! es importante no sobreprotegerlo, no hables por él, menospreciarlo ni le llames tímido delante de otras personas o niños. Demostrarles que les queremos para que se sientan amados y protegidos. Esto sólo se logra con hechos y palabras.
Aquí tienes un artículo con consejos más detallados.
Cuentos que ayudan a superar la timidez infantil
Te pasamos a continuación una selección de cuentos infantiles que pueden ayudarte a tratar la timidez con tu hijo o tu hija y en la escuela. Por ejemplo Carlota no dice ni pío. Un cuento sencillo, en el que una niña a la que le cuesta expresarse tiene que descubrir cómo hacerlo. Es un excelente cuento para superar la timidez y la soledad.
Otro cuento es El pequeño mago, una maravilla de ilustraciones y de historia. Una historia conmovedora sobre el poder de la amistad y de la confianza en uno mismo. Esta historia atrapa, enseña y divierte a un mismo tiempo.
Si quieres saber quién es Tímida, lee su historia en la que superar la timidez se convierte en toda una aventura. Lo mismo ocurre con Dracolino: un cuento sobre la vergüenza. Un libro para superar la vergüenza, gracias a un simpático dragón cantarín.