Acaba de publicarse en Pediatrics, un estudio cuyo objetivo es “examinar la asociación entre tomar bebidas azucaradas durante el embarazo y acumulación de grasa en los niños”. En un estudio prospectiva de cohortes pre parto, se recogieron datos sobre 1078 parejas de madre – hijo. La conclusión principal es que una mayor ingesta de bebidas azucaradas (refrescos, zumos con adición de azúcar, etc.) durante el segundo trimestre de embarazo, se corresponde a más adiposidad. El trabajo tuvo en cuenta a los niños con una edad media de 7,7 años.
Se explora la teoría de que la dieta de la madre durante la gestación puede tener como consecuencia hijas e hijos obesos. Y el azúcar (contenido en cantidades elevadas en algunas bebidas) es un factor dietético a atener en cuenta. La adiposidad ha sido medida por el índice de masa corporal (IMC), el grosor de pliegues cutáneos, y absorciometría. Expertos en nutrición, médicos y responsables de salud pública, tienen claro que la pandemia mundial de obesidad infantil, sólo se puede abordar desde la misma infancia, una etapa plástica del desarrollo humano.
Durante los primeros años de la vida es muy importante que los peques tengan un estilo de vida equilibrado: menos calorías, más ejercicio… Por otra parte, en los humanos ha sido tradicionalmente más difícil demostrar asociaciones entre la dieta de las madres y el sobrepeso en los hijos, pero todas las estrategias de prevención incluyen la evitación o la reducción de consumo de bebidas azucaradas, porque también pueden estar relacionadas con la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.
A día de hoy, ya se tiene en cuenta el período de embarazo, como determinante en la prevención de todas las enfermedades no transmisibles. Se han observado resultados esperanzadores en Estados Unidos, y merece la pena mantener los esfuerzos. Peor lo tienen en países de ingresos bajos y medios, en los que esta ingesta aumenta, y con ello también se incrementan los índices de obesidad.
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