Trabajar los derechos humanos en casa

Niña se abraza fuerte y confiada a su padre, quien le enseña a respetar.

Cuando el padre trabaje en la enseñanza de los derechos humanos al niño puede hacerlo con cuentos, historias y explicando sus acciones cotidianas.

Es importante que los padres eduquen desde pequeños a sus hijos en valores que forjen características de un ser humano noble que empatice y ayude al prójimo. Veamos cómo se puede trabajar el concepto de derechos humanos en casa con el niño.

Los derechos humanos

Lo más fácil y práctico para los padres a la hora de intentar explicarles a los niños el concepto de derechos humanos es mediante labores, cuentos y actividades cotidianas. Normalmente las historias que se crean y se exponen trascienden con el niño en la vida real y finalizan con un mensaje en forma de recomendación. Trabajar con el menor esos principios en casa se logra de la mejor de las maneras, con el ejemplo.

El niño debe conocer los derechos propios y los de otros y tener la suficiente libertad para ser y actuar. Educar a un niño en el respeto, tolerancia, igualdad, generosidad…, permitirá que comprenda también los derechos de los demás. El niño sabrá que lo mejor es tratar a otros como le gusta que lo hagan con él. Algunos aspectos a tener en cuenta para trabajar los derechos humanos en casa con el niño son:

  • El padre y la madre son iguales: En casa las tareas del hogar y el cuidado de los hijos lo realizan ambos. Al niño se le explica que hombre y mujer son iguales ante esas responsabilidades. El niño en su día a día podrá actuar de ese modo y trabajar el respeto por sus amigas y compañeras de clase.
  • El derecho a hablar sobre los sentimientos, abrirse, opinar, diferir, discutir: El derecho que tiene el niño a ser él mismo y sin herir a nadie hacer y decir lo que siente.
  • La libertad y el derecho de uno no implica perjudicar ni coartar el derecho y libertad del otro: Para el niño será más fácil comprender y no sufrir si se le ha explicado que al igual que él, otra personas puede rechazar hacer algo. No por eso es peor persona, solamente es que tampoco quiere o se siente incómoda.

Defender los derechos de un modo asertivo

Dos niñas apostando por el respeto y la ayuda mutua.

Educar a un niño en el respeto, tolerancia, igualdad, generosidad…, permitirá que comprenda también los derechos de los demás.

Para que el padre pueda hablarle de los derechos humanos el niño debe sentir interés en conocer y mostrarse participativo. Debe tenerse en cuenta la edad y no obligarle a asumir e interpretar temas que se alejan de su conocimiento e interés. Cuando el niño actúe conforme a lo que comprende y haciendo uso de sus nuevas enseñanzas debe aplaudírsele por su buena respuesta.

El niño debe conocer que tiene unos derechos y debe luchar por ellos de un modo correcto y tolerante. No debe hacer uso de la agresividad, sino de la asertividad. Esto es, comunicarse haciendo valer la opinión propia, sugiriendo, pero sin dañar a nadie. Esta forma de relación se basa en la autoestima y la seguridad de defender los derechos. Con ello el niño es él mismo, respeta sus creencias. Puede expresar lo que sienta, sea negativo o positivo, pero honesto y sin agresividad. Se habla desde la verdad, sin miedo a qué pensará el otro y así uno será más feliz.


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